Su nombre se grabó en la duela, hasta volverse indeleble. Blanca García es la única persona del mundo que ha jugado por su país durante 28 años y es la única de México llamada a un Equipo Ideal de Juegos Olímpicos, en el torneo de voleibol de 1968.
“He sido una persona con mucha suerte. Me ofrecieron darme el Récord Guinness por mis casi 30 años en Selección Nacional…pero había que pagar mi boleto de avión y pues no, ahí ya se amoló la cosa porque ya no tuve”, comparte Blanca entre la sencillez de sus sonrisas.
“Tengo muchísimas satisfacciones en el voleibol internacional, pero de las mejores sin duda es ser olímpica, tres veces mundialista, jugar los NORCECA’s, que son como la CONCACAF del futbol; además de ir a Juegos Centroamericanos y del Caribe y Juegos Panamericanos. Todo con la Selección Nacional y fue muy bonito pero cuando me nombraron en el Equipo Olímpico Ideal la verdad no lo supe apreciar; cuando estás joven no dimensionas ni tienes la capacidad de asimilar lo que pasa…pero ahora sí lo valoro mucho”, agregó Blanca, quien también fue reconocida entre las tres jugadoras más valiosas del mundo en el Siglo XX, por la Federación Internacional de Voleibol.
Dueña del emblemático número 13, Blanca también fue nombrada como la Mejor Jugadora del Siglo XX en México.
“En el 2000 me dio ese reconocimiento el Presidente de México (Ernesto Zedillo Ponce de León). Ahí sí me emocioné, fíjate, porque pues ya estaba grande, ya pude comprender el valor de mis logros, ya sabía entender mis emociones”, explicó la ex jugadora quien dos veces subió al podio de los Juegos Panamericanos, con la medalla de bronce (1971 y 1975).
Blanca García es Miembro Permanente del Comité Olímpico Mexicano, máximo reconocimiento para un deportista de alto rendimiento. También está en el Salón de la Fama de la CODEME y en el de su natal Nayarit.
Hizo talento de su herencia
Nacida en Nayarit, Blanca heredó la estatura de su padre y desde los 13 años esa facultad de 1.85 metros de altura la acercó al voleibol. Estudiaba en Guadalajara cuando le invitaron a practicar este deporte y al hacerlo dio también los primeros pasos en nombre de las mujeres mexicanas hacia el sendero del alto rendimiento, en este deporte de conjunto.
La semilla germinó pronto y al llegar a los Juegos Olímpicos de 1968, Méxcio fue uno de los ocho equipos convocados al torneo de voleibol, al ser el país sede. Blanca llegó con 21 años de edad al Gimnasio ‘Juan de la Barrera’, acompañada por: Trini Macías, Isabel Nogueira, Eloísa Cabada, Carolina Mendoza, Rogelia Romo, Yolanda Reynoso, Patricia Nava, Carmelita Rodríguez, Gloria Inzua, Alicia Cárdenas y Gloria Casales.
Si bien el conjunto quedó en 7º sitio, dio muestra de su nivel al ganarle a Estados Unidos en tres sets (15-8, 15-7 y 15-4) y llevar dos partidos hasta los cinco episodios, ante Polonia (9-15, 15-12, 11-15, 15-11 y 4-15) y Perú (17-15, 5-15, 15-10, 2-15, 7-15).
Blanca tuvo ofertas para jugar en equipos profesionales de ligas en Estados Unidos e Italia, pero en su etapa deportiva recibir dinero por jugar era un impedimento del Comité Olímpico Internacional para continuar con una carrera en el deporte amateur y por ello, Blanca decidió mantenerse en la Selección Nacional. Esa regla cambió hasta los Juegos de Barcelona ‘92.
Esa cosecha fue la primera de muchos frutos que, gracias a continuos y disciplinados esfuerzos, llegaron a manos de Blanca.
“El Mundial del ’74 fue en el que México llevó al mejor equipo femenil de la historia y a la vez fue la mayor decepción de mi vida. Yo me hacía con la medalla, al menos, de bronce pero nos sobre entrenaron y nuestra acomodadora se rompió los ligamentos de la rodilla, no pudo jugar y todas las jugadas que tanto practicamos con ella se fueron al aire. Fue decepcionante trabajar tan duro y haber quedado entre los seis primeros…eso no se me va a olvidar nunca”, reconoció García Arias, que fue reconocida como la MVP de aquel Mundial.
“El voleibol es un deporte de conjunto y siempre dependes de 11 jugadoras más, hay mucho trabajo en equipo, pero allí en el Mundial tuve la fortuna de que me escogieran como la Jugadora Más Valiosa”.
BLANCA GARCÍA. VOLEibolista olímpica y mundialista
Rechazó a Fidel Castro
Como si de la red se deslizara el balón hacia sus manos, así cayeron una a una las curiosas experiencias en la vida de Blanca. La nayarita fue siempre la capitana de la Selección Nacional y entre otras cosas, se encargaba de hablar en representación del equipo.
“Conocí a muchas personalidades; si hiciera un libro, ¡yo creo que me demandan por andar de mitotera!”, comenta entre risas. “Como era la capitana, me tocaba saludar a muchas figuras públicas; por ejemplo: en la gira por China, nos dio la bienvenida Mao Tse-tung ¡fue algo muy emocionante y muy imponente!”.
México estaba entonces entre los grandes de América con Cuba, Perú y Brasil, y en el torneo NORCECA de La Habana 1971, México superó al local Cuba en imponentes tres sets, ante la asombrada mirada del líder de la Revolución isleña, Fidel Castro, quien podría ser un líder social histórico pero Blanca supo ponerle límites.
“Yo creo que esa fue de las experiencias más curiosas que Castro Ruz llegó a felicitarnos por ganar y de pasadita ¡pedirme matrimoniaros el señor! Dijo que tenía mucho tiempo viéndome y analizándome…pero pues la verdad es que no estaba en mis planes una persona casi 20 años mayor que yo”.
Futuro promisorio
La semilla que hace más de medio siglo sembró Blanca sigue floreciendo y, como pionera del voleibol femenil mexicano, pudo ver de nuevo al país en el podio de unos Juegos Panamericanos, luego de que el equipo ganó su primer bronce en casi 50 años, durante los Juegos de Santiago 2023.
“Ahora el voleibol de México está en su mejor época, con una generación muy fuerte y muy bien preparada”, aseguró García Arias, quien sabe que hace más de dos años ha iniciado un arduo y largo trabajo en busca de ver a México de nuevo en el torneo del voleibol femenil de los Juegos Olímpicos, con más de 200 países buscando uno de los 12 lugares para contender en la magna justa.
Descubre más desde Contracrónicas de una reportera
Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.
Contracrónicas de una reportera 