OPINIÓN

Fracasados vestidos de azul

Perder no es el fracaso si con dignidad se afronta, pero si la desesperación de la derrota desborda en violencia, el perdedor se viste de fracasado.

No fueron aficionados, ni barras, ni grupos de animación rivales, fueron los propios directivos del Club Deportivo Cruz Azul quienes agredieron al reportero Edgar Malagón, tras la derrota 3-4 de ‘La Maquina’ ante el América, en la semifinal del Torneo Apertura 2024 de la LigaMx y previo a iniciar la conferencia de prensa.


La LigaMX no quiere ver violencia en los estadios y ahora lo primero que sucede es violencia a los medios. Nosotros no le ganamos al equipo nosotros solo informamos el resultado”

EDGAR MALAGÓN

Malagón, reportero de Grupo Multimedios -al que pertenece el website mediotiempo.com– cubrió el partido y tras el silbatazo final, se trasladó con otros periodistas a la sala de prensa, trayecto por el que es forzoso encontrar a los protagonistas del encuentro.

“Para entrar a la sala de prensa del Estadio Azul uno debe bajar las escaleras por debajo de la tribuna y allí están los vestidores de árbitros y vestidores de los dos equipos. Ese pasillo da acceso a la sala de prensa y todos debemos pasar por ahí para entrar”, relató Malagón con Luis Enrique Gutiérrez para La Afición en Canal 6.

Con el paso de los periodistas, los jugadores de Cruz Azul que estaban fuera de su vestidor, en el pasillo, pedían a representantes de los medios de comunicación que cuestionaran el último penal marcado a favor del América y que lapidó los sueños de llegar a la final para el conjunto celeste. Edgar grabó su camino a la sala de prensa para documentar las peticiones de los jugadores y entonces fue agredido.


DESAFORTUNADO. Iván Alonso tuvo una inapropiada conducta tras perder ante el América.

“Lo único que hice mientras caminaba a la sala de prensa fue tener mi teléfono grabando; no me metí a ningún lado que no debiera, los jugadores estaban en el pasillo con la directiva.



“Decían: “¡Pregunten del penalti! ¡Pregunten del penalti!” Como tratando de darnos línea”, detalló el periodista, quien al documentar los hechos -que sucedieron en un área de libre tránsito para los representantes de la prensa en esta instalación– y fue increpado por los uruguayos: Mathías Cardaccio y el Director Deportivo del club, Iván Alonso.

Según Alonso y Cardaccio, las grabaciones atentaban contra la intimidad y la vida privada de los jugadores, pero en el video no hay registro de que Edgar Malagón ingresara a los vestidores, sino que los futbolistas estaban en el espacio común: el pasillo que conecta hacia el área donde se realizaría la conferencia de prensa.

“Antes de llegar a la sala de prensa me encuentro de frente a Iván Alonso, Matías Cardaccio y personal de seguridad. Eran seis o siete personas a mi alrededor. Me dijeron que no grabara, me jalonearon, me empujaron cobardemente, me pegaron en las costillas y la espalda, mientras querían arrebatarme el celular; yo no lo solté porque es mi herramienta de trabajo. Había jugadores metidos en el jaloneo y me sacaron del estadio”, narró el comunicador, quien por la fuerza fue extraído del Estadio de la Ciudad Deportiva y una vez fuera continuó el hostigamiento.

“(Afuera) mientras me jaloneaban, un policía al oído me susurró una amenaza. Algo así como un: “mañana no amaneces”; una amenaza muy fuerte”.


INDIGNACIÓN. LA Federación Mexicana de Cronistas Deportivos pidió la destitución de los responsables de la agresión.

Edgar Malagón ya interpuso una denuncia judicial ante los daños físicos, laborales, emocionales y amenazas verbales que recibió la noche del pasado domingo 8 de diciembre, proceso en el que la empresa que representa, Grupo Multimedios le apoya para recibir justicia.

Mientras en sus redes sociales, Cruz Azul extiende tres párrafos de comunicado en donde “justifica” que “la operación en el Estadio Ciudad de los Deportes ha sido un reto”, sin ofrecer disculpas ante la violencia a un periodista y aun cuando la instalación fue casa de este club desde 1996 y hasta 2018 y en los más de 20 años de localía, pese a cualquier adversidad de la derrota, no habían enfrentado esos niveles de violencia hacia los comunicadores…ni tampoco de fracaso.