REPORTAJES

Desaire olímpico

Karen Muir era la favorita para ganar oro de 100m dorso en la natación de México 68, pero ni siquiera se presentó en los Juegos. No fue invitada. Ni ella ni ningún sudafricano fue aceptado en la justa mexicana y ese desaire causó uno de los más ríspidos conflictos entre un país sede de unos Juegos y el Comité Olímpico Internacional (COI).

En febrero de 1968, durante la sesión del COI en Grenoble, le ordenan a México invitar a Sudáfrica, la nación más desarrollada del Continente Africano y donde los colonos europeos promovían el Apartheid, una política de segregación racial contra los ciudadanos de raza negra.

“Para México era una incongruencia invitarlos: en un evento de paz e igualdad no se podía traer al país que hacía política en contra de esos valores. Aunque Sudáfrica aseguró que traería a una Delegación Nacional con negros y no negros, el Consejo Superior de Deportes de África se manifestó diciendo que más allá de llevar atletas de ambas razas, debía respetar las normas básicas de convivencia cívica y por eso todos los países de África decidieron no asistir a México 68 si venía Sudáfrica; luego se solidarizaron países de Medio Oriente, India, URSSS, Cuba, Europa del Este y si no venían, esto iba a ser una catástrofe con menos de 60 países participantes”, comenta el arquitecto Javier Ramírez, quien custodia un amplio archivo documental de los Olímpicos mexicanos.

Las protestas comenzaron muy pronto y a finales de febrero, el Comité Olímpico Cubano expidió una carta al COI para externar su desacuerdo en convocar a una nación que promovía el racismo; aquí el documento:

El llamado de las naciones africanas por el respeto a los Derechos Humanos y por los ideales del olimpismo trascendía más allá del deporte. Muchos de los países de ese continente recién culminaban las colonizaciones europeas en sus territorios; por ello, si su identidad estaría representada en los Juegos Olímpicos, era fundamental, en la vida y la historia de estos países, mantener una postura infranqueable ante el Apartheid; por ello, el Consejo Supremo del Deporte en África también se expresó y emitió una carta a todos los Delegados de las naciones de su continente, para sumarse a la decisión de los mexicanos José de Jesús Clark Flores, Marte R. Gómez y Pedro Ramírez Vazquez: no invitar a Sudáfrica.

En medio de la hostilidad, el COI, que entonces dirigía el estadounidense conservador Avery Brundage, quería “obligar a México” a extender la invitación. Broundage e-hasta hoy el único estadounidense que ha dirigido el COI- fue lanzador de disco y representó a su país en los Olímpicos de Estocolmo 1912, perfiló un camino con tendencias raciales; mismas que quedaron demostradas en los propios Juegos de México 68, al excluir de por vida a los velocistas Tommie Smith, John Carlos y Peter Norman de participar en los Juegos Olímpicos, por manifestarse contra las expresiones de odio por color de piel y aquí su historia:

Pero antes de llegar a los Juegos mexicanos, Broundage buscó perpetrar las políticas de Sudáfrica y el reconocimiento de esta nación en la esfera olímpica y convocó al Comité Ejecutivo del COI para someter a votación si se convocaba o no a Sudáfrica; entonces, el Comité Organizador de México 1968, dirigido por el arquitecto Pedro Ramírez Vázquez, se esforzó para que la mesa directiva del propio COI revirara sus propias exigencias.

“México cabildea. Por ejemplo: el italiano Giorgio de Stefani era presidente de la Federación Internacional de Tenis y estaba a favor de invitara Sudáfrica pero México le dice ‘mira: vamos a incluir al tenis como deporte de exhibición en México 68, pero solo si votas en contra de que venga Sudáfrica’”, agregó Ramírez.

Pero en otra negociación se puso sobre la mesa el nombre del comediante más famoso de México: Mario Moreno ‘Cantinflas, aquel que el propio Charles Chaplin consideró como el “comediante vivo más grande del mundo”.

“El caso más curioso es el de Lord Killani, era vicepresidente del COI, pero también representante de la productora cinematográfica Columbia Pictures en Irlanda, así que Emilio Rabasa, Director del Banco Cinematográfico en México habla a Los Ángeles, a la Columbia, y les dice: “les damos la distribución de la película oficial de los Juegos y mediamos el problema legal que tienen con Cantinflas, pero que su distribuidor en Irlanda se eche para atrás con invitar a Sudáfrica”, y así se logró todo”, agregó Ramírez.

Al final, la mayoría en el Comité Ejecutivo se negó a invitar a Sudáfrica y para evitar que el organismo se viera dividido, Brundage anunció que fue una decisión unánime; por vez primera el propio COI revocó una petición que había defendido.

Cantinflas, en agradecimiento a la resolución de su contrato, hizo cuatro spots gratuitos para promover entre la ciudadanía mexicana una buena actitud de anfitrionía durante los Juegos Olímpicos y aquí una recopilación de ellos:

Colaboraciones se Cantinflas rumbo a los Juegos Olímpicos de México 1968.

Mientras por seis ediciones olímpicas consecutivas se negó a Sudáfrica el derecho a competir, hasta Barcelona 1992.

Pero en 1968, México ganó la primera competencia olímpica, antes de empezar los Juegos: la lucha por los Derechos Humanos y el respeto a la igualdad; sin embargo, desde entonces es el COI el que invita directamente a cada una de las naciones participantes y ya no se emiten las invitaciones a través de la sede y su Comité Organizador.

“El COI debería estar agradecido con México. Nos debe la autoridad moral que le dimos al organismo, al mantener los valores olímpicos en los Juegos, al respetar su propia Carta Olímpica y ser congruentes con los ideales que el propio COI promueve”

Javier Ramírez Campuzano
Custodio de archivo documental de México 1968

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