Cuando supe que Gladys Tejeda vendría al Maratón de la Ciudad de México me dio mucha alegría y supe que estaría en el podio. Ganó bronce en el maratón de Guadalajara 2011 y compitió en Londres 2012; de esos Juegos británicos conservo una de las más hermosas experiencias de mi vida. Fue raro: sin conocerla, sin habernos visto de frente, Gladys me dio uno de los momentos más simbólicos de los Olímpicos.
Hace un año que me emocionó en el Estadio de Londres y entonces no imaginé que Gladys, una maestra de profesión, vendría a conquistar las calles de la capital del país, de una forma tan distinta a la de sus homólogos del sureste de México: Los maestros mexicanos llegaron a marchar y bloquear calles (durante plena competencia de maratón), pero Gladys, la profesora peruana, llegó para correr, ganar y brillar. Eso se llama EJEMPLO.
Como esa enseñanza, Gladys me dio una muy buena en 2012. Rumbo a los Juegos británicos, la firma P&G desarrolló la campaña ‘Gracias mamá’, como reconocimiento a la primera, verdadera y eterna patrocinadora de un competidor, e invitó a mamás de atletas destacados de todo el mundo, a atestiguar el momento más importante de la vida deportiva sus hijos, en Londres 2012. Por invitación de esta firma, tuve la fortuna de estar con muchas mamás de atletas de América Latina, en la Ceremonia de Inauguración de los Juegos.
Una experiencia hermosísima. Más de 80 mil almas en el Estadio conjugamos todos nuestros sentidos en un viaje a la apertura del olimpismo y una celebración del inicio del máximo esfuerzo del espíritu y del cuerpo.
En tele o en Estadio, fue hermosa y divertida, cada momento increíble. Hasta el esperado desfile de las Delegaciones. Disfruté mucho ver a María Espinoza vestida de China Poblana dirigiendo a un México que desde ese momento brillaba exitoso…y al final de los Juegos lo fue.
Pero, cuando cruzó Perú, era Gladys quien dirigía a la nación, nadie en todo el estadio estaba más emocionado que la señora Marcelina Puchuhuaranga, su mamá, quien estaba sentada a mi lado, con uno más de sus nueve hijos. La señora Marcelina se levantó del asiento y se acercó lo más posible para ver a su hija. Sus pequeños ojos brillaban con lágrimas alegres y un mensaje sin hablar, hasta el corazón de su hija “¡Estoy muy orgullosa hija! ¡Lo lograste! ¡Gracias por hacer tanto con lo poco que te he dado!”, así decía su mirada; mientras Gladys, en sus primeros Olímpicos, hondeaba la bandera Peruana en Londres.
La señora Marcelina después me dijo: “soñábamos con este momento, yo le decía que podía llegar a unos Olímpicos y no se imagina usted lo que es para mi verla, estar aquí con ella, tan lejos, al otro lado del mundo, logrando su sueño”. Las lágrimas devoraron sus palabras y ese nudo en la garganta que causan los sueños realizados cerró el paso de su voz. No me pudo decir más, pero no importaba. Todo me quedó claro.
La producción de la Ceremonia de Inauguración elaborada por el famoso productor británico Dany Boyle fue bellísima, pero la comunión entre Gladys y su mamá, en esa comunicación, de un alma a otra, sin voz, pero con un intenso latido ,fue mucho más significativa que cualquier coreografía de la Ceremonia.
Ver a Gladis ganar en el Maratón de la Ciudad de México fue muy especial. En verdad me enchinó la piel. Al cruzar la meta, después de las entrevistas, la felicité y le dije “Estuve con tu mamá y tu hermano en la Inauguración de Londres 2012”. “¡Oh! ¿¡De verdad!?”, me dijo al abrazarme fuerte, sorprendida y muy sonriente. El mundo es pequeño… o tal vez Gladys, con sus 1.60 metros de estatura es grande.
Katilunga…. tienes ese raro (por poco frecuente) talento, que te permite transmitir emociones y estrujar corazones a través de tus letras…. disfruto mucho tu prosa…. Rubén
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Muchísimas gracias Rubén. Cordialmente invitado a leer los previos y en especial los siguientes, poco a poco crezco en esto y tu opinión es de vdd muy motivante! 🙂
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