A veces el periodismo se torna en matices surrealistas. La imaginación no alcanza a vislumbrar en qué, en dónde o cómo terminará una cobertura y aquí tengo un buen ejemplo:
Viernes 24 de febrero de 2017. Viajaba a San Miguel de Allende, Guanajuato, para cubrir un torneo de golf en el que estaría Lorena Ochoa. La competencia era con causa social y la inscripción de los jugadores se recaudó en apoyo a personas con problemas neurológicos. Lorena no jugaría, pero era la invitada especial.
Mi intención, claro, era entrevistar a Lorena, pero al llegar ¡alguien ya había ganado la exclusiva!: Lorena, como siempre serena y agradable, estaba sentada frente a la cámara y platicaba con su entrevistador: el ex presidente Vicente Fox.
Lorena me dijo que sí me daría la entrevista, pero antes haríamos un recorrido. Era una tarde soleada y calurosa. Subimos a los carritos de golf y fuimos a cada uno de los 18 hoyos: Lorena y Fox saludaron a los jugadores, agradecieron por ayudar a la causa, se tomaron fotos con los participantes y en algunos casos, Lorena presumió su swing. “¡Los caddies, que no nos falten los caddies!”, gritaba Vicente antes de las selfies.
“Ahorita van a probar unas gorditas que son una locura, están deliciosas”, decía Vicente, mientras yo, en uno de mis muchos monólogos, me decía: “¿En qué momento pensé estar en un carrito de estos, hablando de fritangas con un ex Presidente y una de las más grandes jugadoras de golf de la historia? ¿¡Cómo llegué aquí!??”. Si no era suficiente realismo mágico, llegamos a saludar al Cónsul de Japón en Guanajuato, quien también jugaba, lleno de tecnología, como un GPS portátil, sonriente, amable y solemne, como buen japonés.
Al terminar el recorrido, después de hablar con Lorena, el señor Fox Quesada accedió a una entrevista. Él ha tomado el estandarte anti Trump para dirigir una divertida, cínica y aguerrida campaña contra el nuevo presidente republicano de Estados Unidos. “¿Por qué ha elegido este camino?”, le dije.
“Porque tengo que salir en defensa de mis queridos paisanos en Estados Unidos, son mis héroes, los admiro y respeto, son mi ejemplo: yo nací y crecí con ellos en la comunidad de San Cristóbal; mis amigos están allá: recogiendo manzanas en Washington, recogiendo verduras en California, participando como enfermeras, en la industria de la construcción…Estados Unidos no puede vivir sin nuestra gente allá; ellos se colapsan en cuanto estos maravillosos mexicanos dejen de trabajar para aquella economía”.
Fox Quesada, de 74 años de edad, apoya al centro de rehabilitación CRISMA y con la ‘Copa de Golf Embajadores’ recauda fondos para apoyar la rehabilitación de 200 niños.
Alterno a esto, ha mandado continuos mensajes al gobierno de Donald Trump y a su propuesta de levantar un muro entre las fronteras de EUA y México; en el extranjero son tales las reacciones, que el Gobierno Canadiense pidió al Mexicano hablar con Fox para bajar la intensidad de su discurso, vertido en opiniones vitales; la más recientes es un stand up que grabó para el canal de youtube SuperDeluxe, con un mensaje directo y sarcástico hacia el mandatario estadounidense, porque Fox, como me dijo entonces, eligió un papel en esta película:
“Ahora si como la película maravillosa de ‘El Bueno, El Malo y El Feo’, alguien tiene que hacer el papel de El Bueno, eso lo está haciendo el Gobierno Mexicano, actuando con firmeza, poniendo las cosas en claro, haciéndoles ver que no pueden tener seguridad en su país, si no es con el apoyo de México; El Malo debía ser el Congreso Mexicano, porque hay diputados, senadores por favor ¡PÓNGANSE LAS PILAAAS! Hay que salirle al toro, hay que representar a México con dignidad, hay que hablar de nuestra soberanía, hay que darle calambres a este tipo, no se vale que nos sometan. México está esperando del Congreso Mexicano, enfrente esta situación con esa fortaleza que ellos deben representar.
“Finalmente queda El Feo, tu servidor. He elegido el papel de El Feo porque yo soy el que le tiene que decir sus verdades, el que tiene que decirle sus groserías, el que tiene que hacerle señas -dice mientras levanta la mano derecha y erige el dedo medio a la cámara-, el que tiene que derrotarlo y no dudo que lo estamos logrando. Yo creo que ya estamos amansando a esa fiera, a esa bestia, yo creo que México es mucho más grande que él y que el México, ahora unido, no hay quien nos detenga, porque contra Trump, hasta donde tope”, me dijo Chente, El feo.
Quizá por los siguientes cuatro años haga este papel, decidido con su irreverencia, su sarcasmo, sus botas y sus enchiladas; mientras tanto, mi mundo y mi oficio seguirán girando entre divertidos surrealismos.