¿Estoy diciendo un disparate? Sí tal vez, pero la forma operativa de este deporte da muy buen ejemplo a las élites políticas e intelectuales del mundo.
En México tomaré por muestra el Poder Legislativo: Se conforma por diputados y senadores cuyas cámaras trabajan divididos en grupos parlamentarios (PRI, PAN, PRD los más fuertes). ¿Por qué? En el papel por la organización, en la práctica por la protección de las tendencias ideológicas y los intereses del partido.
¿Cuántas reformas o iniciativas de ley se truncan porque en las Comisiones no se ponen de acuerdo los legisladores, entre lo que uno u otro partido desea? Y cuando libran el obstáculo de la Comisión, ¿cuántas esperan en el pleno por ser aprobadas, rebotadas a la Cámara de al lado y al final, ver la luz del ejercicio social? Así el errante andar de las reformas, buenas, malas, elitistas o populares, pero todas con su derecho a ser votadas.
Mientras los ciudadanos escuchamos rondas de ‘declaracionitis’ de los legisladores, cuando el de ‘x’ color dice que el de ‘x’ otro hizo y deshizo, que tomó la tribuna, que es ausentista, que detienen el progreso. Tradición Mexicana. Los políticos no se asumen como representantes nacionales, sin partido, ni más color que el de su país, pero a ver si el futbol me ayuda en esto.
En los Olímpicos de Londres 2012, México ganó el primer oro en deportes de conjunto gracias al futbol con siete jugadores de equipos rivales: cuatro de Chivas (Miguel Ponce, Néstor Araujo, Marco Fabián y Jorge ‘El Chatón’ Enríquez) y dos del América (Diego Reyes y Raúl Jiménez). ¿Estarían ellos pensando en eso durante los partidos? ¿Llevaron un coordinador de bancada para la representación de cada equipo? No creo. Tampoco supe que en Cruz Azul pidieran a Jesús Corona que como seleccionado nacional portara el uniforme de ‘La Máquina’. ¿Por qué entonces los partidos creen que les pertenecen las personas que ahora representan a la sociedad?
Un futbolista -como un político- debe su formación al equipo/partido en el que inició y en el que por años hizo los fundamentos y principios, deportivos -o ideológicos- que lo tienen donde está. Se forja un estilo de juego -o una forma de pensar- pero una vez electos ¿no será momento de quitarle color a sus ideas y de emprender el camino del beneficio nacional? En el futbol pasa.
¿Qué tal con la campeonísima ‘Furia Roja’ de 2010? ¿Qué sería de la Real Selección Española de Futbol si pensaran como políticos? Un infierno. Específicamente en la que ganó el título de Sudáfrica 2010 había cinco jugadores del Real Madrid (Iker Casillas, Raúl Albiol, Xabi Alonso, Sergio Ramos y Álvaro Arbeola) y siete del Barcelona (Gerard Piqué, Carles Puyol, Andrés Iniesta, Xavi Hernández, Víctor Valdés, Sergio Busquets y Pedro Rodríguez).
¿Cómo sería una concentración en la que los jugadores no pueden olvidar las rivalidades de sus equipos? ¿Cuál sería el resultado? La derrota sin duda y el juicio del mundo ante injustificables acciones que ponderarían la pertenencia a un club local, por encima del beneficio nacional.
El futbol, así de burdo y elemental, tiene la simple cualidad de ser medible: ganar o perder; en las complejidades de la política, no hay marcadores, y la situación se torna mucho más grave cuando los actos de los parlamentarios tienen efectos de decisiones parciales en las sociedades.
Sería un insulto que con tanto talento futbolístico pasara algo así. España y su historia agradecen el civismo, carácter y estricto conocimiento del significado del esfuerzo de esos ibéricos, por la alegría de una nación. No se diga México por sus jugadores y la historia olímpica que alcanzaron.
¿Por qué en algo como el deporte, algo lúdico, algo simple y de entretenimiento, se conjugan hombres de equipos rivales, para un fin común y convertir a España en la selección europea más destacada de los últimos tiempos, con dos títulos de Europa y uno Mundial? ¿Por qué un grupo de mexicanos puede dejar afuera las diferencias de sus equipos y hasta los conflictos durante los torneos nacionales, para esforzarse un país?
Así lo veo. Tierno, estúpido, simplón. Sí, tal vez, pero una vez electo para un cargo, en cualquiera de los tres niveles de gobierno, se es un seleccionado, cuyas características intelectuales individuales -y no del partido- se potenciarán para promover una mejoría y un éxito de la comunidad, del estado o del país.
Ser electo debería ser un honor, debería implicar un esfuerzo y la entrega absoluta de su ser, con un liderazgo y una representación que enorgullezca, no sólo a su partido, sino a su comunidad o una nación…como creo que lo es para un futbolista.
Sin duda un espacio con estilo propio, totalmente recomendable. Éste texto una muestra de la creatividad que con el tiempo has logrado forjar. Felicidades por la iniciativa Katy, que sea para muchos años…
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Muchas gracias amigo. El ciberespacio tan infinito espera también tus letras.
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Es de esos raros blogs cuyo contenido y el diseño van de la mano porque son muy buenos. Te felicito por la reflexión, pero, mientras en México no sepamos trabajar en equipo, difícilmente podremos ver a los políticos de este país tirando hacia el mismo lado… Un abrazo K.Lo…
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Smplemente revelador, entusiasta y brillante! Cuanta razón en una comparación tan simple pero así debería de ser! No!! Así debe de ser! Así se deben comportar los políticos
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