Deportes

¿Cómo coartar el desarrollo del deporte mexicano, en la impunidad?

Entre un deporte dividido, el oscurantismo se propaga. México podía presentar a una de las generaciones más exitosas y diversas de su historia, en el primer evento del ciclo olímpico hacia los Juegos de Paris 2024; sin embargo, al menos 17 atletas con calidad para competir en los Juegos Centroamericanos y del Caribe de San Salvador 2023 quedaron fuera de la Selección Nacional, por una decisión tan monopólica, como carente de al menos un atómico uso del sentido común.

La lista de los mexicanos que competirá en el atletismo de San Salvador 2023 comprende 38 deportistas; entre los que destacan: el multimedallista panamericano Juan Luis Barrios, quien correrá su primer evento de ciclo olímpico en ruta: los 21k; la Campeona Panamericana Laura Galván; la Subcampeona Panamericana de 400m Paola Morán; Citlali Cristian, 1ª mujer clasificada a los Juegos Olímpicos de Paris 2024, en el 42k, o la mejor velocista de México Cecilia Tamayo (100m y 200m), quien se prepara en la Universidad de Houston con la leyenda Carl Lewis como su entrenador y aquí puedes conocer su historia.

El oscurantismo es una práctica deliberada para evitar que información y conocimiento se difunda, fue altamente practicada en la Era Medieval y así parece que el atletismo del país está en el medievo, pues información internacional que es pública no se le da a conocer a atletas, entrenadores ni Institutos Estatales del Deporte para pedir el cumplimiento de las reglas del Comité Organizador de San Salvador 2023 y se quedaron a expensas de decisiones de Antonio Lozano.

Al ser el primer evento del ciclo olímpico y cuya meta es la promoción del deporte y de las nuevas generaciones de atletas o de naciones que difícilmente llegarían a unos Juegos Olímpicos, los Juegos Centroamericanos y del Caribe pidieron como único requisito estar dentro de los primeros sitios del ranking de la región; con una marca hecha en un evento avalado por World Athletics, en cualquier lugar del mundo.

Sin embargo, Antonio Lozano, que se ostenta como dirigente del atletismo mexicano, pidió a los atletas que desearan llegar a San Salvador 2023 cubrir criterios diferentes: presentarse en un selectivo en León, Guanajuato, del 28 al 30 de abril pasado y les exigió cumplir condiciones que ninguna otra nación solicitó a sus atletas como lograr uno de los dos primeros sitios del ‘evento selectivo’ y cubrir marcas específicas por disciplina.

Hubo atletas que se encontraban en zona de ranking de la región para competir en San Salvador 2023, pero no pudieron viajar a la competencia en Leon, Guanajuato por desarrollar su carrera deportiva y académica en Estados Unidos, como es el caso de Claudina Díaz en salto de altura.

Otros, aunque si vinieron, no ‘cumplieron’ los parámetros que no solicito ni el Comité Organizador, sino de manera unilateral Lozano Pineda; ese fue el caso de Melisa Muñoz en salto de longitud, que si estaba en zona de ranking y debió ser registrada a San Salvador 2023.

Los dos casos más sonados en esta situación son los de: Paola Bueno, que en 2022 ganó medalla de plata en los Campeonatos Mundiales de Atletismo Sub20 de Cali, Colombia en lanzamiento de martillo y pese a su calidad internacional no fue considerada en el equipo; así como el velocista sinaloense César Ramírez, quien estaba en zona de ranking en las pruebas de velocidad y no fue contemplado, por lo que México no lleva a ningún representante en la rama varonil en 100m ni 200m.

Reuniendo caso por caso, México pudo llevar AL MENOS a 17 competidores más y participar con tres relevos (solo se participará en el debutante relevo mixto).

Además de ellos, no se incluyeron a atletas que cumplían los estándares del Comité Organizador: Yareli Valdivia (100m), Verónica Angel (800m), Itzel Martínez (800m), Sabrina Salcedo (1,500m), Ariday Salcedo (100m vallas), Antonia Sanchez (400m vallas), Yara Amador (400m vallas), Gabriela Flores (3,000m con obstáculos), Elisa Olazarán (altura), María Fernanda Reyes (garrocha), Zaida Uresti (garrocha); Daniel Stokes (200m), Sebastián Torres (800m), Ulises Loza (1,500m), Héctor Herrera (110m vallas), así como los relevos de ambas ramas 4×100 y el 4x400m femenil.

Paola Bueno es la 1ª mexicana que gana una medalla mundial en lanzamiento de martillo.

En diez casos, porque no cumplieron lo pedido en ‘Lozanolandia’ y en otros siete porque en el reacomodo de los registros, tras la declinación de algunos países en algunos eventos (como Jamaica, en la mayoría de las pruebas de velocidad), aunque México era el siguiente en la lista y le correspondía el cupo, Lozano no lo aceptó.

Así pues, México enviará únicamente a 38 atletas aunque hubo posibilidad de enviar a casi 60, en el primer evento del ciclo olímpico, posterior a la pandemia por COVID-19 y que funge como un importante paso de medición internacional, previo a los Campeonatos Mundiales de Atletismo y los Juegos Panamericanos de Santiago de Chile.

¿Imaginan negarle a la Campeona Olímpica, Campeona Mundial y Recordista del Orbe Yulimar Rojas competir en San Salvador 2023 porque no compitió en un evento selectivo convocado en su natal Venezuela?

La gravedad del caso mexicano se incrementa cuando queda al descubierto la poca o casi nula interacción de las autoridades deportivas del país; pues en ediciones previas, las participaciones en los tres eventos del ciclo olímpico (Centrocaribeños, con Juegos Panamericanos y Olímpicos) una junta técnica llamada ‘Comisión Tripartita’ con la participación de: Conade, Comité Olímpico Mexicano y Confederación Deportiva Mexicana (hoy desarraigada del Sistema Nacional del Deporte), reunían sus análisis técnicos para conformar las selecciones nacionales de cada deporte; hoy, la cerrazón de un individuo que se encuentra en un proceso judicial, libre bajo fianza y con pagos mensuales de amparos, acusado de peculado por casi 5mdp, decidió el porvenir de los atletas.

La ausencia de esta Comisión Tripartita también influyó para que no se pudiera crear el andamiaje diplomático de convencer a cuatro países para participar en los 35km de marcha atlética; tampoco hubo oportunidad de discernir si el Campeón Panamericano de Lima 2019, Fernando Martinez debía o no representar a Mexico, pues aunque sí cumplió los requisitos de Lozano y compitió en León, Guanajuato, fue denunciado en 2020 por su ex pareja, quien lo acusó de violencia de género y amenazas de muerte, lo que causó su baja como atleta representante del Ejército Mexicano.

A pesar de las situaciones adversas que dejaron fuera a casi 20 atletas, México podría llevarse el título del medallero del atletismo en San Salvador 2023; por la alta calidad competitiva de mexicanos en más disciplinas; entre ellas en campo con el Campeón Defensor Diego del Real (lanzamiento de martillo) o el medallista continental Uziel Muñoz (impulso de bala), pero también por la declinación de atletas que priorizarán su temporada en los Campeonatos Mundiales de Atletismo o los Juegos Panamericanos.

Queda un sabor agridulce por los buenos resultados de quienes llegarán a El Salvador y el amargo pesar de quienes se quedarán en casa, sin demostrar su potencial internacional.


SELECCIÓN MEXICANA DE ATLETISMO A SAN SALVADOR 2023

FEMENIL

  • Cecilia Tamayo 100m y 200m
  • Paola Moran 400m
  • Alma Delia Cortes 1,500m y 5,000m
  • Laura Galván 5,000m y 10,000m
  • Citlali Cristian Mascote 10,000m
  • Margarita Hernández 21km
  • Isabel Guadalupe Oropeza 21k
  • Arian Iveth Chia Hernández 3,000m con obstáculos
  • Valeria Ortuño Martinez 20km
  • Alejandra Ortega Solís 20km
  • Susana Estefanía Hernández Aviña Saltó de Longitud
  • Verónica Luzania Ramírez Lanzamiento de Disco
  • Alma Patricia Pollorena Figueroa Lanzamiento de Disco
  • Luz María Castro Reyes Lanzamiento de Jabalina
  • Lilia Borja Pérez Heptatlón

VARONIL**

  • Luis Antonio Aviles Ferreiro 400m
  • Valente Mendoza Falcón 400m
  • Jesús Tonatiu López Alvarez 800m
  • Fernando Daniel Martínez Estrada 1,500m y 5,000m
  • Diego Adolfo Garcia Barcenas 5,000m
  • Victor Emanuel Zambrano Gonzalez 10,000m
  • Juan Luis Barrios 21k
  • Guillermo Campos Ornelas 400m vallas
  • César Daniel Gomez Ponce 3,000m con obstáculos
  • Mario Uriel López Suarez 3,000m con obstáculos
  • Noel Ali Chama 20km
  • José Luis Doctor Morales 20km
  • Erick Portillo Salto de Altura
  • Edgar Rivera Salto de Altura
  • Jorge Luna Estes Salto con Garrocha
  • Uziel Muñoz Impulso de Bala y Lanzamiento de Disco
  • Jairo Moran Martínez Impulso de Bala
  • Diego del Real Lanzamiento de Martillo
  • José Manuel Padilla Lanzamiento de Martillo
  • David Carreón Manriquez Lanzamiento de Jabalina
  • Carlos Armenta Castro Lanzamiento de Jabalina

* * José Luis Santana declinó competir en las pruebas de 10,000m y 21k; queda a espera de confirmar los nombres de los dos mexicanos que podrían suplirle.

MIXTO

  • Relevo 4x400m

Deportes, Mujer y Deporte

Cecilia Tamayo: La alumna del ‘Hijo del Viento’

Su mayor placer es sentir el intenso palpitar del corazón y el vértigo en el estómago. Cecilia reposa cada spike en el block de salida, se inclina, acomoda sus manos, inhala profundo y mientras exhala visualiza el proceso de su momento favorito: correr a máxima velocidad.

“Me gusta mucho la adrenalina que siento en la carrera, que mi corazoncito esté latiendo a toda velocidad, siento que me va a dar una taquicardia…¡y me encanta!”


Cecilia Tamayo
Velocista mexicana

Cecilia ha roto en tres ocasiones el Récord Mexicano de 200m, la última vez el 14 de mayo de este año: paró el reloj en 22.45 segundos en el American Athletic Conference Championship y esta marca le dio la clasificación a los Campeonatos Mundiales de Atletismo de Budapest 2023. Todo gracias a esfuerzo y disciplina constante, acompañados de la guía de una leyenda mundial: el nueve veces Campeón Olímpico Carl Lewis, a quien el mundo vio volar en el tartán y por ello le bautizó como ‘El Hijo del Viento’.

“La verdad admiro mucho a mi entrenador. No solo por su carrera deportiva. Lo veo en el día a día, el cómo es, cómo nos trata a sus alumnos, cómo nos cuida y nos regaña. Es muy admirable y más porque podría estar haciendo otra cosa de su vida: dedicarse a salir en la tele y aprovechar su fama, pero no, sigue dedicando su tiempo y su vida a transmitir sus conocimiento, entrenar a las nuevas generaciones y me honra mucho ser parte de esas nuevas generación que podemos aprender de él”, comentó sonriente Tamayo.

La mexicana ha compartido con Lewis tantas temporadas, que ha conocido la personalidad del hombre que además ganó diez medallas del orbe; las primeras de ellas, 40 años atrás: tres oros en los Campeonatos Mundiales de Atletismo de Helsinki 1983 (100m, 4x100m y salto de longitud).

“Es todo un personaje, debo de admitirlo. Es una persona muy enfocada de la que se puede aprender mucho; te va a corregir y regañar cuando no lo hagas bien. De repente es un poco gritón (risas), no lo voy a negar, pero tiene un amplio conocimiento que me ha ayudado a crecer un montón y lo que más me gusta de entrenar con él es que busca mantenerte enfocado en la meta que estás buscando. Es muy claro en ello y me gusta mucho esa cualidad”, compartió la atleta de 26 años de edad.


Constructora de velocidad

Si bien, Cecilia probó las mieles de muchos deportes, como: futbol, gimnasia o natación, el atletismo se convirtió en el ‘fuego’ que detonó la pólvora en su corazón.

“Así como muchos sienten esa pasión por anotar un gol, para mi desde que sentí esa adrenalina, esas ganas de buscar mejoría, de querer superarme a mi misma, fue algo increíble. Todo eso me hizo enamorarme del atletismo”, confiesa la velocista.

De entre los 25 eventos atléticos disponibles en pista y campo para ella, eligió los dos más explosivos: 100m y 200m, hasta descubrirse como una constructora de velocidad nata.

14

Es el lugar que hasta ahora ocupa Ceci Tamayo en 200m, en lo que lleva la temporada mundial 2023 avalada por World Athletics.

“Soy una corredora que construye su velocidad en la carrera. Según estudios, la máxima velocidad que un ser humano alcance la puedes mantener un segundo y después de eso comienza a desacelerar pero, hemos visto que tengo una gran resistencia a la velocidad; es decir: a que una vez que construyo mi velocidad, puedo mantenerla por un poco más de tiempo y hasta sentir que estoy acelerando en lugar de decaer.

“En los 200m, al salir de la curva, aún quedan 100m que para mi son muy fuertes, porque en la recta tengo para mantener esa fuerza y seguir con las técnicas para cerrar hasta la meta”, explica la atleta.

Cecilia ya logró la marca a los Campeonatos Mundiales de Atletismo de Budapest, Hungría en la prueba de 200m y buscará cubrir el crono también en los 100m, pero en verano, cuando inicie la ventana de clasificación a los Juegos Olímpicos de Paris 2024 (del 1º de julio del 2023 al 30 de junio del 2024), también buscará superar las marcas y llegar a la magna justa francesa.

En 100m, Ceci tiene como mejor marca de temporada 11.35s (con viento legal) y su mejor crono personal en el hectómetro es de 11.21s hecho en 2021.

“Esos tiempos son verdaderos retos para muchos atletas, pero la verdad está entre mis planes superarlas. Busco competencias con buen nivel para estar en el ranking por puntos de World Athletics, pero también sé que esas marcas son factibles de lograr”.


GO COUGARS!

Cecilia estudia Ingeniería en Sistemas Computacionales en la Houston University y viste los colores de los Cougars,.

“Me gusta la logística, las matemática y los retos de programar. Vi varios programas de distintas Universidades; antes de tomar la decisión hablé con varios entrenadores y me gustó mucho el programa de Houston, me identifiqué mucho con su proyecto y su proceso de desarrollo”, compartió la atleta, que antes de correr en el Mundial húngaro, representará a México en los Juegos Centroamericanos y del Caribe de San Salvador 2023 y buscará también su boleto a los Juegos Panamericanos de Santiago de Chile.

“Me siento muy feliz de regresar al atletismo y estar en un momento fuerte, en el que siento que voy en una dirección correcta hacia lo que quiero llegar para cumplir mis metas”, expresó la atleta, pues desde los Juegos Olímpicos Juveniles de Nanjing 2014 no formaba parte de una Selección Nacional.

“Para mi Nanjing 2014 fue un cambio total. Verme en un estadio olímpico, que mi esfuerzo había valido la pena para llegar a este punto, que estaba lista para competir con las mejores y decir ‘así me quiero ver, pero en unos Juegos Olímpicos de grandes’ fue mi motivación”, recordó la nacida en Guanajuato, quien desde Texas admite entre sus añoranzas, la familia y en especial, la gastronomía.

«La comida es lo que mas extraño. La familia también pero si extraño un buen mole rojo…y también los tacos, porque en Houston no son iguales”, admite sonriente.

Cecilia regresará a la pista, a poner sus spikes en los blocks de salida, a escuchar las instrucciones de una leyenda que le aconseja, a sentir el corazón acelerado y al escuchar el disparo de salida saldrá a construir su máxima velocidad por el mayor tiempo posible, hasta llevar sus piernas a la máxima frecuencia y el cronómetro a sus límites, siempre en busca de poner el nombre de México entre lo más selecto y veloz del atletismo en el mundo.

Deportes

100 años de olimpismo mexicano

Las escenas de: un príncipe austriaco con traje de charro en competencia; el perdedor más grande del deporte olímpico invernal, dos mujeres rompiendo añejas reglas; una madre y ama de casa en el podio; o un militar que murió sin saber si fue asesinato o suicidio, son algunas de las historias que se entremezclan con los pulsos del Comité Olímpico Mexicano (COM).

En sus primeros 100 años de existencia, conozcamos curiosidades de su historia y la importancia de París, Francia en el desarrollo del deporte olímpico mexicano.

EL PRELUDIO

Aun antes de que existiera el Comité Olímpico Mexicano, nuestro país ya tenía una historia olímpica por contar.

Paris 1900 fue la primera participación de México en unos Juegos Olímpicos con tres hermanos que además fueron los primeros mexicanos en un podio de los Juegos. Los hermanos Pablo, Manuel y Eustaquio Escandón y Barrios, con el estadounidense William Wright, ganaron bronce en el polo hípico.

Porfirio Díaz era aun presidente de México cuando los hermanos Escandón y Barrios compitieron en los Olímpicos. Eran hijo del empresario Antonio Escandón (quien, por cierto, regaló a la CDMX el monumento a Cristobal Colón que se encontraba en Av. Paseo de la Reforma) un importante accionista en la industria ferrocarrilera que impulsó con gran interés el entonces presidente de México.

En la historia del deporte olímpico mexicano no se contempla este bronce, pues participó un jinete estadounidense y se determinó este logro como ‘medalla mixta’.

Pero después de los hermanos Escandón, hubo una participación mexicana de la que muy poco se sabe, pero que contrasta profundamente con la primera: mientras los Escandón procedían de las esferas socioeconómicas más altas y privilegiadas de México, la segunda Delegación Olímpica Mexicana procedió de una comunidad indígena del norte del país.

En los Juegos de San Luis 1904 se alternaron los Olímpicos con un evento llamado ‘Días Antropológicos’. En ellos por primera vez México compitió en impulso de bala con cuatro representantes de la tribu Cucapah, una comunidad que radica tanto en la zona norte de Baja California y hasta el sur de Arizona.

En aquella edición compitieron, representado a México: el Jefe Pueblo Colorado, Jerry, John Roy y Chizi; quienes compitieron contra atletas de pueblos originarios de otros países; sin embargo, el Comité Organizador determinó ese y otros 11 eventos distintos del impulso de bala como competencias que no ofrecían medalla. Solo la competencia que se hizo casi dos semanas después fue contemplada como el evento oficial que si concedió preseas y donde sólo contendieron siete estadounidenses y un griego. A pesar de ello, México sí tuvo una segunda participación en el entorno olímpico, antes de crear su propio Comité Olímpico Nacional.

LOS INICIOS

En el amanecer del Siglo XX el Comité Olímpico Internacional cumplía 30 años de existencia (se fundó el 23 de junio de 1894) y pocos países, casi todos europeos, hacían quórum para contender en los Juegos.

La situación fue un pretexto para el Barón Pierre de Coubertin -fundador de los Olímpicos Modernos- para enviar a su amigo, Henri de Baillet-Latour, aristócrata belga y vicepresidente del COI, a una gira diplomática y estratégica por América Latina.

El 16 de febrero de 1923 Baillet-Latour llegó a México, acompañado por Miguel Beistegui, embajador de nuestro país en Bélgica, con dos motivos: extenderle al país una invitación oficial para competir en los Juegos Olímpicos de Paris 1924 y difundir el movimiento olímpico al hacer justas multideportivas regionales.

El 23 de abril de 1923 se creó la Sociedad Olímpica Mexicana de la que el poblano y destacado empresario zapatero Carlos B. Zetina fue el primer dirigente y el General Tirso Hernández el segundo al mando.

Los dirigentes del primer antecedente del Comité Olímpico Mexicano se comprometieron a que en 1926 realizarían la primera edición de los Juegos Centroamericanos y del Caribe en la Ciudad de México con Cuba, Guatemala y el anfitrión del evento en contienda presente. Esta es la justa olímpica regional más antigua del mundo y en 2023, la ciudad de San Salvador, en El Salvador, recibirá la edición 24 del evento.

PARÍS 1924

Así como en 1900 París fue la primera sede olímpica que vio la participación de México (y su primer ascenso al podio de los Juegos),  en 1924 de nueva cuenta la Ciudad Luz vería el regreso de México a la magna justa de verano, para no ausentarse nunca más, pues desde París 1924 hasta Tokio 2020 el país ha estado siempre presente en estos Juegos.

Desde los hermanos Escandón, hasta la edición de la capital nipona de Tokio 2020, nuestro país ha visto a mil 792 atletas competir en unos Juegos; pero, después de tocar un escenario olímpico ¿cuál es el destino? De esto nos habló el único medallista olímpico mexicano de lucha Daniel Aceves, quien ganó medalla de plata en lucha grecorromana de Los Ángeles 1984.


72

Medallas olímpicas ha ganado México entre Paris 1924 y Tokio 2020

UN PREMIO AL COM

En 1962, cuando José de Jesús Clark Flores ejercía su segunda dirigencia (no continua), en el Comité Olímpico Mexicano, este organismo recibió el Trofeo Conte Alberto Bonacossa, un reconocimiento concedido desde 1954 por el Comité Olímpico de Italia, en honor al Conde Alberto Bonacossa, quien fue miembro del Comité Olímpico Internacional.

El premio se le concedía al Comité Olímpico Nacional que rindiera más esfuerzos en beneficio del Movimiento Olímpico. La última vez que se entregó fue en 1974.

Venezuela (1959), México (1952) y Ecuador (1967) fueron los únicos organismos latinoamericanos que fueron galardonados con este trofeo.

243

Mexicanos han competido en alguna disciplina del atletismo en Juegos Olímpicos; el gremio Olímpico más grande para el país 

MÉXICO COMO SEDE

Un año después de recibir este reconocimiento, José de Jesús Clark Flores impulsó la idea de ver a la Ciudad de México como la primera capital latinoamericana sede de unos Juegos Olímpicos. Con el apoyo del presidente Adolfo López Mateos, se publicó en el Diario Oficial de la Federación un decreto presidencial para autorizar al Departamento del entonces Distrito Federal y a la Secretaría de Educación Pública a gestionar la candidatura que se ganó el 12 de octubre de 1963, para recibir la XIX Olimpiada en 1968.

México no solo fue la 1ª sede olímpica latinoamericana, fue además la primera del mundo con una altitud a más de dos mil metros sobre el nivel del mar; situación que continuamente reprocharon los delegados de países europeos, pues ese factor resultó en condiciones difíciles para las pruebas de resistencia (como el maratón), pero a la vez fue una característica idónea para las disciplinas anaeróbicas (como las pruebas de velocidad o las pesas).

La justa se realizó en el sexenio siguiente bajo la presidencia de Gustavo Díaz Ordaz y entre condiciones socio políticas de altos contrastes entre capitalismo y socialismo, grupos estudiantiles y autoridad; esta tensión decantó en ver, diez días antes de la inauguración de los Olímpicos, la matanza de integrantes del Movimiento Estudiantil en la Plaza de las Tres Culturas de Tlatelolco, al norte de la Ciudad de México.

Pese a beneficios y adversidades, México 1968 es recordado por ser una de las ediciones más innovadoras de todos los tiempos y la última en donde reinó un espíritu de hermandad y pacifismo, pues a la siguiente edición, en Munich 72, se dio el ataque terrorista a la Delegación de Israel.

De entre las historias extraordinarias que nacieron en México 68, destaca dos: la protagonizada por el último hombre en cruzar el maratón olímpico:

Pero también la expresión de lucha sociopolítica en el podio olímpico, con el Black Power presente y un hombre blanco que se solidarizó con su lucha:


LOS MÁXIMOS

En los más de 100 años de historia olímpica mexicana, nadie ha podido igualar lo hecho por el jinete chihuahuense Humberto Mariles (1913-1972) quien es hasta ahora el mexicano más exitoso en Juegos Olímpicos, pues ganó dos medallas de oro y una de bronce en una misma edición de los Juegos: Londres 1948; dos de ellos con su eterno y querido compañero ‘Arete’; aquí la historia del binomio más glorioso y malquerido del deporte mexicano:

3

Medallas ha ganado México en deportes de conjunto: bronce de basquetbol en Berlín 1936, oro de futbol en Londres 2012 y bronce de futbol en Tokio 2020.

Pero después de Mariles, en cantidad de medallas totales, sin importar el color, el líder es el clavadista capitalino Joaquín Capilla (1928-2010), quien ganó cuatro medallas, una de ellas de oro.

Mientras la mujer más exitosa del país es la taekwondoín sinaloense Maria del Rosario Espinoza, con tres preseas que ganó de forma consecutiva, una de cada color: conquistó oro en Beijing 2008, bronce en Londres 2012 y plata en sus últimos Juegos Olímpicos, los de Rio 2016.

LA MUJER MEXICANA

La primera como referente en la historia del deporte olímpico es la esgrimista Eugenia Escudero (1914-2011), quien fue la primera mujer del mundo en portar la Bandera Nacional en la ceremonia de inauguración de unos Juegos Olímpicos, durante la décima edición de Los Ángeles 1932.

De 73 atletas mexicanos que compitieron en esos Juegos, solo dos eran mujeres, una de ellas fue la lanzadora María Uribe Jasso y la otra Eugenia Escudero, cuyo padre fue maestro de armas del Colegio Militar y uno de los impulsores de este deporte de combate en México.

Eugenia tenía 17 años cuando abanderó a la Delegación Olímpica Mexicana de 1932 y días después participó en las clasificatorias y fue eliminada en la 1ª ronda del florete, para ser la primera mujer de México en la esgrima olímpica.

Otra fue la famosa velocista Enriqueta Basilio, 1ª mujer del mundo en encender un pebetero olímpico, durante los Juegos de México 1968. Aunque su carrera deportiva no fue tan destacada, Basilio y su buena condición para subir los 93 escalones hasta el pebetero del Estadio Olímpico Universitario, la pusieron en el reflector social y aprovechó la posición para darle un mejor lugar al deporte, a la mujer y al Movimiento Olímpico.

Otra importante mexicana fue esposa, madre y ama de casa; después de cumplir con los compromisos sociales de la época se convirtió en la primera mujer de México que ganó una medalla olímpica; ella es Pilar Roldán y esta es su historia:

De los momentos históricos para las mujeres mexicanas en unos Juegos Olímpicos destaca el logro de Aída Román y Mariana Avitia, pues en Londres 2012 no solo le dieron a México sus primeras medallas olímpicas en tiro con arco; además fueron las primeras mujeres del país que ascendieron a un mismo podio juntas.

15

Medallas para México se han ganado en clavados; 13 en boxeo y 11 en atletismo y en este último deporte, Raúl González es la única persona de México que ha ganado dos medallas en una misma edición: oro en 50km y plata en 20km en Los Ángeles 1984.

HISTORIA EN HIELO

La nieve podrá derritirse, pero la historia escrita en ella permanece y para México también cuentan los capítulos escritos entre el frío.

México tuvo su primera incursión en Juegos Olímpicos de Invierno en St. Mortiz 1928 con un equipo de bobsleigh conformado por: Lorenzo Elízaga, Mario Casas, Genaro Díaz, José Díaz e Ignacio de Landa. Ellos lograron mejor participación del país en esta versión de los Juegos, hasta hoy en día, al terminar en el sitio 11 de 22 equipos.

Fue a mediados de los 80 cuando un príncipe austriaco llevó en manos la Bandera de México para competir en el esquí alpino: Hubertus von Hohenlohe (1959-), hijo del Principe Alonso von Hohenlohe y la Princesa Ira von Fürstenberg, quien rerpresentó a nuestro país en seis ediciones Olímpicas de Invierno: Sarajevo 1984, Calgary 1988, Albertville 1992, Lilehammer 1994, Vancouver 2010 y Sochi 2014.

Hubertus nunca ganó una medalla, pero siempre lució por sus trajes de competencia únicos, con la representación de México en ellos. Fundó la Federación Mexicana de Esquí, fue presidente del organismo y aún después de retirarse, se encargó de diseñar y manufacturar el uniforme de las Delegaciones Mexicanas que compitieron en  Pyeongchan 2018 y Beijing 2022, además de mantenerse como un mentor para las nueva generaciones de alpinistas mexicanos. 

10

Apariciones ha tenido México en Juegos Olímpicos de Invierno, participando en seis deportes: esquí alpino, bobsleigh, cross-country, patinaje artístico, skeleton y esquí en estilo libre

En la edición de Calgary 1988 no solo compitió Hubertus, además en esos Juegos debutó la primer mujer mexicana: la jalisciense Diana Encinas, quien compitió en el patinaje artístico.

Entre las historias curiosas, en aquellos Olímpicos canadienses, en una camioneta sin calefacción llegaron también a Calgary los hermanos jaliscienses Roberto, Jorge, José y Luis Tamés Perea para competir en bobsleigh, en trineo para dos personas; procedentes de un país sin infraestructura de entrenamiento, las duplas terminaron en los sitios 36 y 37 de 41 participantes.

Hasta el día de hoy, Luis ‘El Cuaz’ Carrasco es el único atleta de México que ha clasificado a uno de los eventos más arriesgados y con una de las clasificaciones olímpicas más complicadas: el skeleton. ‘El Cuaz’ compitió en los Juegos de Salt Lake City en 2002 y se mantiene activo en la práctica de deportes como las disciplinas ecuestres.

En la historia más reciente, dos mexicanos acapararon el escenario en los Olímpicos de Invierno. El primero fue el queretano Germán Madrazo, quien con sus propios medios se sumó a un exótico equipo de países con poca o nada de nieve: el venezolano Yonathan Fernández, el tongano Pita Taufatufoa y el mexicano Madrazo.

Para ninguno fue fácil llegar con sus propios recursos, pero juntos compitieron en Pyeongchang 2018.

Después de meses de preparación y competencias continuas, para Germán -que entonces tenía 43 años de edad y pocos años de aprender a esquiar- fue especialmente complejo competir en los 15km del esquí nórdico olímpico y llegó en último sitio de 112 competidores; sin embargo, sus compañeros de equipo Pita y Yonathan, más esquiadores de otros países sin nieve, lo recibieron como su hubiese ganado una presea: la de sus propios reto y adversidades.

Cuatro años después tocó turno a Donovan Carrillo, el jalisciense que rompió con una sequía de 30 años sin ver a un mexicano en el patinaje artístico olímpico y quien en los Juegos de Beijing 2022 se convirtió en el primer mexicano en clasificar al programa largo de la justa.

Con el apoyo del entrenador Gregorio Núñez, Donovan no solo demostró que, pese a entrenar en una pista recreativa sin las dimensiones oficiales y pese a no contar con un amplio equipo de patinadores competitivos en eventos internacionales, él podría contender ante los mejores del mundo y ante el nivel de exigencia de los jueces. 

Donovan, quien además fue abanderado de la Delegación mexicana, fue el único patinador que presentó programas con acompañamiento que no emergiera de la música clásica y, por medio de su ejecución, portó el orgullo latinoamericano sobre el hielo.


Estos y muchos más pasos son los que México ha dado en las atmósferas olímpicas. Hoy en su primer centenario, el COM es dirigido por primera vez por una mujer: la ex clavadista y medallista mundial Marijose Alcalá, quien en el verano de este 2023 verá su primer reto en un escenario deportivo, tanto en los Juegos Centroamericanos y del Caribe de San Salvador, como en los Juegos Panamericanos De Santiago de Chile; además de preparar las logísticas de la Delegación Olímpica Mexicana que competirá en los Juegos de Paris 2024 y entre ello, lidiar con los conflictos que algunas Federaciones Deportivas Mexicanas (Ciclismo, Atletismo, Deportes Acuáticos, Tiro con Arco) tienen con sus respectivas Federaciones Mundiales, las diferencias con la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte o la creación de estrategias para la captación de recursos.

Pese a estos u otros obstáculos en el camino, más y más nombres seguirán sumando sus historias a los pulsos del Movimiento Olímpico Mexicano, para inspirar, alentar y llenar de energía a un México cada día más escéptico pero también más ávido de figuras que iluminen los caminos hacia nuevos retos por conquistar.

Deportes, Mujer y Deporte

Palmira Martínez: demoledora de barreras y creadora de sueños.

Palmira Martínez nació con discapacidad visual y a causa de esa condición creyó por años que el destino no tenía nada qué ofrecerle; pero hoy es ella quien le da lecciones a la vida y este lunes correrá el major más importante del mundo: el Maratón de Boston.

“La discapacidad es una gran maestra que me ha enseñado mucho. Me ha dado el empuje para saber que puedo correr y lograr todo lo que me proponga; puedo llegar muy lejos con este desafío de romper paradigmas”

Palmira Martínez
Maratonista ciega
Este es el número con el que correrá la mexicana.

“Cuando llegué a la meta del Maratón de la CDMX del 2022, me dijeron mi tiempo (4:13.54 horas) y supe que había calificado al Maratón de Boston. Es un sueño que jamas pensé lograr. En su momento me despertaba y decía “¿de verdad voy a ir a Boston?”. Es algo muy grande para mi y estoy muy motivada a dar lo máximo”, compartió sonriente Palmira, que en Massachusetts vivirá el décimo maratón de su vida y el primero fuera del país.

APOYO MÚLTIPLE

Palmira entrena con la ayuda del entrenador Roberto Vázquez y el guía Gustavo Cruz, también con la asistencia del Club de Corredores Halcones, especializado en entrenar a corredores ciegos y débiles visuales.


Su camino como corredora inició a sus 39 años de edad, en 2011, cuando en un concurso de una estación de radio ganó cortesías para una carrera de ruta de 5 kilómetros.

“Empecé a trotar con mi hermano y cuando gané esos pases y corrimos, lloré como no tienes idea cuando llegué a la meta porque había logrado algo que nunca imaginé. Desde ese momento dije “quiero seguir corriendo y sentir de nuevo esta alegría, esta satisfacción al lograr una meta”. Me emociono mucho al recordarlo porque descubrí que yo soy de este mundo de las carreras”, confesó la corredora de 50 años de edad.

Lograrlo fue difícil, no solo por el esfuerzo físico, sino por los años de crecer entre limitaciones, prejuicios y barreras sociales.

“Yo nací con malformación del nervio óptico y hubo una etapa en la que eso paralizó mi vida. Estudiaba la primaria en una escuela regular y recuerdo que al salir la directora le dijo a mi mamá “Su hija no puede seguir estudiando. Llévesela a su casa y mantenga allí porque ya no hay mas para ella”. Yo pensé que así era.


“Me quedé en casa, creyendo que no había más para mi, prácticamente cuando empecé a correr tuve un despertar y descubrí que tengo muchas habilidades, que una discapacidad no iba a encerrarme
, compartió Palmira, con una sincera sonrisa vestida de un labial rojo carmesí.

Correr la llevó a nuevos destinos pero también a nuevos retos y así detonaron sus talentos: aprendió computación, otro idioma y se certificó como coach de vida y de entrenamiento en liderazgo.

“Acepto mi discapacidad y vivo con ella, pero también me empuja a dar lo mejor. Tal vez me cueste más trabajo, tal vez lo haga más lento, pero lo que me proponga lo voy a lograr. Muchas veces nos resignamos a decir “no hay de otra, no puedo”, pero al cruzar esa primera meta en mi primer carrera me dije: “¿¡cómo no voy a poder!? ¡Claro que puedo!” Hoy no veo mi discapacidad como barrera, sino como motivación”

Palmira Martínez, maratonista mexicana

Palmira ya se encuentra en Estados Unidos, lista para descubrir con qué nueva hazaña va a sorprender a la vida.


PALMIRA MARTÍNEZ CÁRDENAS
Edad: 50 años
Lugar de nacimiento: Ciudad de México
Ocupació: Coach de vida, fotógrafa, artista plástica y maratonista.
Logros: Ha ascendido al podio en pruebas de maratón y 21k en México.


Más mexicanos en Boston


Palmira no será la única corredora ciega de México en el Maratón de Boston, con ella también participarán: Mariel Salas, Héctor Martínez y Francisco Hernández. Este es el primer equipo mexicano de corredores ciegos que competirá en el 42km más antiguo del mundo, pues vio su primera edición el 19 de abril de 1897 y tanto Palmira como Mariel son las primera mujeres con discapacidad visual que llegan al major más importante del orbe.


Deportes, Mujer y Deporte

¿Exigencia en la inestabilidad?

A 500 días de los Juegos Olímpicos de Paris 2024, México enfrenta el ciclo olímpico más turbulento de su historia… pese a ello ¿habrá medallas?

El terreno olímpico de México se encuentra en la condición más inestable, de su historia. A 500 días de los Juegos Olímpicos de Paris 2024, son diversas las incógnitas del desempeño de la Delegación Mexicana en la Ciudad Luz y el reloj inició una imparable cuenta regresiva en la que los resultados de los deportistas van mucho más allá de una preparación religiosa y su esfuerzo personal.

Diferencias ‘extra cancha’

En este ciclo olímpico por primera vez dos de los tres organismos deportivos más importantes de México son dirigidos por mujeres: la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (Conade) por la medallista olímpica en atletismo Ana Guevara y el Comité Olímpico Mexicano (COM) por la medallista mundial en clavados Marijose Alcalá; aunque este es un importante paso histórico para la administración deportiva femenil en México, las diferencias políticas e ideológicas de cada titular han decantado en esfuerzos independientes y no coincidentes por el mismo fin: ver el mejor desempeño de México en Juegos Olímpicos.

Marijose Alcalá y Ana Guevara.

Las mayores discrepancias estriban en su accionar ante las Federaciones Mexicanas de Natación, Atletismo y Ciclismo.

En el primer caso, su titular, Kiril Todorov, fue desconocido por World Aquatics (Federación Internacional de Deportes Acuáticos), decisión que apoyó el COM y por ello promueve la operación de una Comisión Estabilizadora; sin embargo, la Conade mantiene el apoyo a Kiril Todorov.

En el segundo caso: la Conade denunció a Antonio Lozano, por recibir dinero del gobierno para apoyar al atletismo mexicano, pero este a cambio entregó facturas falsas por más de 4.8 millones de pesos; al cometer peculado quedó inhabilitado para presidir el atletismo nacional y para recibir recursos públicos y a pesar de ello, el COM respalda a Lozano.

En ciclismo la Unión Ciclista Internacional desconoció a Edgardo Hernández como presidente de la Federación Mexicana de Ciclismo y Conade apoya el fallo, pero el COM se perfila por Edgardo.

A este escenario hay que agregarle una pieza: además de dirigir el COM, Marijose Alcala dirige la Comisión de Deporte en la Cámara de Diputados (legisla desde la bancada del Partido Verde Ecologista de México) y es ésta junta la que presenta la propuesta presupuestal de cada año a la Comisión de Hacienda.

¿Y los recursos?

Además de las diferencias en las rutas políticas que trazan, hay que agregar la situación presupuestal. En 2019, tras la cancelación de los fideicomisos públicos, se eliminó también el fideicomiso Fondo para el Deporte de Alto Rendimiento (Fodepar) que, si bien tenía vicios corregibles, de él dependía la compra de material deportivo, pago de campamentos y competencias o pago de equipo multidisciplinario (entrenador, fisiatra, psicólogo).

Hoy, el recurso federal etiquetado para este fin no solo se redujo, además llega más lento a sus beneficiarios, pues a inicios del 2023 hay entrenadores que no habían recibido el pago de los últimos siete meses de trabajo del 2022.

Ello se suma al ‘freno de mano’ que ya padecía la administración deportiva federal, al tener recursos a cuenta gotas en deportes como: atletismo, boxeo, judo, lucha, natación o polo acuático. Pocas son las disciplinas que se sustentan de la Iniciativa Privada, como el basquetbol varonil, donde el empresario Carlos Lazo destinó recursos propios a la Selección Nacional que recién clasificó a la Copa del Mundo de la FIBA 2023.

La pandemia apresuró todo

La condición similar para todos en el mundo es la pausa por la pandemia de COVID-19, que desfasó la realización de eventos y encausó la reprogramación de los calendarios de rendimiento de los atletas, aunque retrasó los Olímpicos de Tokio 2020, al 2021, para 2023, el año preolímpico tendrá todas las justas con diferencia de meses: Juegos Centroamericanos y del Caribe (San Salvador, El Salvador); Juegos Panamericanos (Santiago de Chile, Chile), además de Campeonatos Mundiales en cada disciplina, que ofrecerán plazas olímpicas a Paris 2024.

¿Qué puede lograr México en Paris 2024?

Entre estas condiciones, Mexico avanza con ‘freno de mano’ hacia los Juegos Olímpicos y a pesar de ello, si hay oportunidad de subir al podio entre dos y cinco veces, pues en algunos deportes las condiciones administrativas, políticas y financieras fluyen con mayor agilidad, entre ellos destaca el taekwondo.

El taekwondo, que es el deporte que más recursos públicos recibió en el ciclo olímpico pasado, vio la caída más dolorosa de su historia pues en los Juegos de Tokio 2020 el país no subió ni una vez al podio en este deporte de combate, después de hacerlo de forma consecutiva desde los Juegos de Seúl 1988 (como deporte de exhibición) y ya después a partir de Sidney 2000 (cuando se incorporó al programa olímpico), hasta Río 2016.

Pese al descalabro, en el Campeonato Mundial de Taekwondo de Guadalajara 2022el anfitrión ganó seis medallas: tres oros con Daniela Souza (-49kg.), Leslie Soltero (-67kg.) y Carlos Sansores (+87kg.), además de una plata de César Rodríguez (-54kg.) y los bronce de Brandon Plaza (-58kg.) y Bryan Salazar (-87kg.). Los tres oros del taekwondo mexicano se lograron en divisiones donde nunca antes había triunfado México, por lo que esta nueva generación tiene perspectivas al podio de Paris 2024. (Recordemos que el taekwondo en Mundiales tiene ocho divisiones por rama y en Juegos Olímpicos se conjugan pesos para tener cuatro categorías para hombres y cuatro para mujeres).

Daniela Souza y su entrenador Abel Mendoza.

El tiro con Arco con la sonorense Alejandra Valencia y Luis ‘El Abuelo’ Álvarez, que ganaron bronce en la prueba mixta de Tokio 2020, al lado de la Subcampeona Olímpica Aida Roman (plata en Loneres 2012) comandan a una nueva generación entre arcos y flechas.

Mientras en atletismo, pese a los rasgos financieros y administrativos en su federación, el nivel de la marchista Alegna González, al ser 5ª en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, 4ª en la Copa del Mundo de Muscat 2022 y 7ª en los Mundiales de Oregon22 la perfilan para estar entre las ocho primeras de los 20km de marcha atlética.

Mientras en levantamiento de pesas, la Subcampeona Panamericana y medallista mundial Aremi Fuentes ganó bronce olímpico en Tokio 2020 y prácticamente a mil días de los Juegos de Paris 2024 ya estaba entrenando para regresar al podio en la división de -75kg.

En tanto los atletas sepan enfrentar la intrincada situación administrativa que viven los deportes acuáticos en México, en la disciplina de Clavados se mantienen las posibilidades, junto con el ciclismo mexicano que cierne sus mayores posibilidades en el velódromo; estos dos, al lado del deporte que inventó el Baron a Pierre de Coubertin, fundador de los Juegos Olímpicos Modernos: el Pentatlón Moderno.

Si en Paris 2024 Mexico no ganase ni una medalla, se repetiría un hecho que el país no vive desde Ámsterdam 1928 y que solo ha sucedido dos veces, en la participación histórica de Mexico: primero justo en Paris 1924 y después en Ámsterdam 1928. Pero más allá del dato, el trago amargo podría a su paso dejar tanto mal sabor como fortalecimiento y sería la inflexión hacia la renovación (y en algunos casos la creación) de un modelo deportivo…y no, al decir esto no deseo que México se quede sin ganar medallas.

Es más difícil que México no toque ni un podio olímpico, a que sí lo haga y por ello, pese a las condiciones en que llega el deporte mexicano al cierre de este ciclo olímpico, si las medallas caen, sucederá algo a la vez tan bueno como malo; en lo bueno, se premia al esfuerzo del atleta y los lustros que dedicó a consumar su sueño; en lo malo, sobre sus logros se justifica la operatividad del ‘sistema’ del deporte, sin priorizar una necesidad de mejorarlo.

Deportes

La ayuda de Polonia al deporte mexicano

El debut de México en la Copa del Mundo Qatar 2022 será ante Polonia, un conjunto que en solo nueve participaciones ha alcanzado el tercer puesto en dos ediciones: Alemania 1974 y España 1982, pero años antes de hacer brillar su fútbol, compartieron el fulgor de su metodología deportiva para que México también viviera sus propios destellos en escenarios olímpicos y mundiales y al menos ocho especialistas en ciencias del deporte viajaron desde su natal Polonia hasta el otro lado del mundo a entrenar a chicos desconocidos para ellos y también para México…pero con su apoyo, dedicación y paciencia, sus nombres entrarían a la lista de las figuras imborrables en la historia nacional.

En los Juegos Olímpicos de México 1968 surgieron los primeros capítulos de éxito en la relación deportiva de México y Polonia. El boxeo mexicano ganó cuatro preseas, dos de ellas los oros de Ricardo Delgado y Antonio Roldán, con los dos bronces de Agustin Zaragoza y Joaquín Rocha; los cuatro pugilistas hicieron historia bajo las instrucciones de los entrenadores polacos Casimiro Mazek y Enrique Nowara (quien estuvo en México hasta 1971 y enfiló parte del rumbo amateur del boxeador Alfonso Zamora, que en los Juegos de Munich 1972 fue el único mexicano que ascendió al podio olímpico, con una presea de plata).

Durante los Juegos de México 1968 hubo un resultado histórico: el mundo vio por primera vez a una mujer mexicana en un podio olímpico: la esposa, madre y floretista Campeona Panamericana Pilar Roldán se colgó la única medalla olímpica que ha ganado la esgrima nacional y en la etapa más importante de su preparación hacia ese podio, Pilar trabajo en el Centro Deportivo Olímpico Mexicano con el apoyo del técnico Jerzy Buczak, quien no encontró limitantes alguna en nación, género o maternidad y trabajó duro con la mexicana hasta verla cumplir la meta que deseaba desde Tokio 64, aquí los detalles de su increíble historia.

En esos Juegos de 1968 el país local ganó su primera medalla olímpica en marcha atlética: el Sargento José Pedraza se colgó la plata en los 20km marcha, con la ayuda del entrenador polaco Jerzey Hausleber (con quien comenzó a trabajar en el verano de 1966) un técnico que en más de 35 años de esfuerzo directo con los atletas, contribuyó a que México colectara casi 120 preseas en Juegos Centrocaribeños, Juegos Panamericanos, Juegos Olímpicos o Campeonatos Mundiales de Atletismo, además de romper en 15 ocasiones los récords mundiales de distintas distancias de la caminata atlética. Hausleber Roszezewska fue el técnico que innovó con los entrenamientos en alturas superiores a los 4 mil metros sobre el nivel del mar y con su metodología se volvió artífice de leyendas como: Daniel Bautista, Ernesto Canto, Carlos Mercenario, Bernardo Segura, Noé Hernández o Joel Sánchez; todos ellos medallistas olímpicos de marcha atlética y por ello recibió el premio a la ‘Orden Mexicana del Águila Azteca’, que se concede a extranjeros que ofrecieron su esfuerzo para el desarrollo nacional, después se naturalizó mexicano y ganó además el Premio Nació al de Deportes.

Junto con Hausleber, llegó también a México en 1966 el entrenador Stanislaw Poburka para entrenar al equipo olímpico de voleibol varonil que no logró ganar ningún encuentro en el torneo de los Juegos de 1968, pero que contribuyó a sembrar la semilla que hizo crecer el deporte hasta tener talentos de exportación hacia Europa (como: José Luis Martell, Tomás Aguilera o Pedro Rangel). A sus 92 años de edad, Pobruka reside en Polonia.

Pero otro de los talentos polacos que llegó a México y se quedó aquí hasta su último aliento fue Tadeusz Kepka. Ambos, Hausleber y Kepka arribaron al país tras un contrato emitido por José de Jesús Clark Flores, entonces vicepresidente del Comité Olímpico Mexicano y en el caso de Kepka, su labor se enfocó en pruebas de fondo. Tadeusz -que hablaba fluido inglés, francés ruso, español y hasta latín- comenzó el arduo trabajo con una generación en la que estuvo el destacado Juan Máximo Martínez (qepd), único mexicano que se ubica en 4º sitio en dos distintas pruebas de unos mismos Juegos Olímpicos: en México 68 se quedó a un paso de las medallas tanto en 5,000m, como en 10,000m; con el también entrenó el medallista panamericano Mario ‘El Sope’ Pérez quien hizo los orígenes de la pista que lleva su apodo en la 2ª Sección de Chapultepec y aquí está la historia de este sitio y su creador.

Después, Kepka desarrolló el talento de Rodolfo Gómez, quien ganó maratones como Tokio o Atenas, fue dos veces 2º en el Maratón de Nueva York y también corrió el 42k en dos ediciones olímpicas: 1976 y 1980. Más tarde el mismo Rodolfo se volvería un destacado entrenador. Pronto llegó a manos de Kepka el talento de Arturo Barrios, el único mexicano que ha roto un récord mundial en pruebas de fondo (10,000m 27.08.23, Berlín 1989) y fue el primer hombre del mundo que hizo un 21k en menos de una hora. Con sus conocimientos, sus interminables cuadernos con estadísticas y su extraordinaria memoria, Tadeusz contribuyó a ver Subcampeón Mundial de maratón a Dionicio Ceron y también guió el trabajo que acumuló en sus piernas el veracruzano Germán Silva, dos veces ganador del Maratón de Nueva York y finalista olímpico del 42k en Atlanta 1996. Además se encargó de dirigir la preparación física de árbitros de fútbol mexicano. Antes de su último aliento, recibió a su último alumno destacado: el multimedallista panamericano y doble finalista olímpico Juan Luis Barrios.

A principios de la década de los 80 regresó a México con contrato en mano Andrzej Piotrowski (quien había venido a la capital del país en los Juegos de México 68 como parte del equipo polaco) y tendría por labor desarrollar los talentos en velocidad; entre otros, guió a Mayra González (400m), Óscar Juanz (400m vallas) y al sonorense Alejandro Cardenas quien practicaba la prueba combinada de decatlón y en 1999 se convirtió en la primera persona de México que ganó una medalla mundial en pruebas atléticas de velocidad: 400m y subió al podio con el bronce, al lado de la leyenda de las pistas, el estadounidense Michael Johnson. Hausleber, Kepka y Piotrowski estudiaron juntos en la Academia de Educación Física de su natal Varsovia. Antes de llegar a México Piotrowski entrenó a Irena Szewinska, Campeona Olímpica en México 68 en 200m y quien poseyó los récords mundiales de 100m, 200m, 400m y 4x100m.

Antes de ser entrenador, Piotrowski buscaba incursionar como actor en su natal Varsovia, pero migró a la Ciudad de México a desarrollar talentos deportivos. Hoy es el único de todos ellos que sigue viviendo en México.

La última en migrar de Polonia a México fue Wanda Panfil, considerada la mejor corredora de fondo del país, quien ganó majors como Nueva York o Londres, ademas de ser Campeona Mundial de Maratón en 1991 y fue así la primera y hasta hoy única Campeona Mundial del 42k nacida en Polonia. Wanda es la única de los ocho técnicos que aún se mantiene activa como entrenadora y apoya a distintos atletas como Vianey de la Rosa, olímpica en Río 2016.

Polonia, con el intelecto, la dedicación, la exigencia y, en casi todos los casos, con el ácido humor de sus técnicos, llevó a la gloria a atletas mexicanos que pusieron también intelecto, dedicación y exigencia en mancuernas que engrandecieron a México y crearon legados invaluables hasta hoy.

Deportes, Mujer y Deporte

Maratón de Nueva York: Una conquista a ciegas.

El húmedo aroma del bosque se entremezcla con la fría mañana y Martha ya acumuló más kilómetros en las piernas. Será la primera mujer ciega de México que corra el Maratón de Nueva York y se alista para hacer de lo inédito, algo extraordinario.

“Esto es algo que puede hacer visibles tres condiciones que vivo: la discapacidad, mi género y mi edad porque a mis 58 años me animo a hacerlo. ¿Qué necesito? Entrenar: lo estoy haciendo, recursos: los estamos buscando, con eso lo voy a lograr y qué mejor: ¡representando a México!”, comparte Martha Beatriz tras culminar el entrenamiento en el Bosque de Chapultepec, algo que en su vida, antes de llegar al gremio de la discapacidad, no hizo nunca.


“Tengo 14 años en la discapacidad y anteriormente yo no corría, pero al verme sin hacer nada mi condición de salud era muy deplorable; empecé a correr y a sentir mejoría en mi cuerpo: hoy no tomo tantos medicamentos, he bajado de peso, he encontrado amigos y muchas disciplinas que puedo hacer. ¡El ejercicio me fortalece tanto!”, agregó López Vértiz, quien lleva una playera amarilla con el letrero ‘corredor ciego’ para ser visible y considerada por aquellos que también entrenan y sí pueden usar su vista.

Hace más de 35 años que Martha lidia con artritis reumatoide. Al detectar esta enfermedad crónico degenerativa recibió un tratamiento que debilitó su vista hasta que la perdió por completo.

“Fue algo paulatino…y digo: no fue por mi causa y nadie somos ajenos a que nos suceda. Perder la vista fue muy complicado porque en tu vida normal lo tienes todo y de pronto todo se va: trabajo, amigos, dinero”, compartió Martha con la voz entrecortada ante la impotencia de saber cómo todo lo que un día tuvo esfurmó. “Pero no me quedé a esperar nada. Quería seguir creciendo a pesar de todo. Entré a la Escuela Nacional para Ciegos, me rehabilité, conocí a muchas personas, vi que no era la única y estudié tres años, ahora soy Técnico en Masoterapia”, explicó la maratonista queda va por su segundo camino académico pues estudia en la Universidad Nacional Autónoma de México la carrera en Trabajo Social.

“No solamente quiero crecer en lo deportivo, también en lo educativo. He tomado muchos cursos de todo relacionado a la discapacidad no solo lo visual sino en todas las condiciones y sé que puedo aportar a empatizar y mejorar la calidad de vida de quienes tienen discapacidad. Curiosamente estudiar una carrera es algo que no había podido lograr antes y hoy lo hago con esta condición y a esta edad”, comparte orgullosa y sonriente la maratonista, que hizo de una dura pérdida su mayor motivo para reinventar su vida y hacer hoy más de lo que hacía 14 años atrás.


“A veces te sientes culpable de adquirir tu condición, pero me di cuenta que no es así. Espero que las personas puedan ser más sensibles con la comunidad porque no tenemos la vida comprada, cualquiera en cualquier momento puede llegar a la discapacidad y si alguien llega, hay que aprender a vivir y a superar; aprender que con lo que tenemos podemos hacer lo que deseamos”

Martha López
Maratonista ciega

Aprender a correr sin ver fue un reto que rompió las barreras de todos sus límites. “Al principio tenía temor y decía: «¿cómo voy a correr si caminar en la calle me cuesta mucho?» Empecé caminando con miedo, pero aquí Halcones me ha dado mucha seguridad y fortaleza, ya he hecho carreras desde cinco kilómetros hasta maratón, he encontrado amigos, oportunidades de todo lo que puedo hacer y darme cuenta que no debo ponerme límites de ningún tipo: ni condición de discapacidad, ni edad, ni género, lo que sea que yo quiera ¡lo puedo hacer!”, agregó.

Pero el camino ha sido más complejo que dominar sus propios temores. Martha ha superado además la pesadumbre de los prejuicios. 

“En mi casa hay ese tabú. Mi madre dice ‘¿pero por qué te vas a salir? ¿por qué te arriesgas?’ Pero es que no puedo encerrarme sin hacer nada. Hay mucho que deseo hacer: ya anduve en bici por 14 días desde Baja California a Baja California Sur; hace dos años anduve en motocicleta un mes por 19 estados de la República, ya hice un duatlón y me preparo para un triatlón. De niña no tuve una bicicleta propia, pero ahora quiero comprarme una bici tándem y en especial quiero demostrarle a mi familia que lo puedo hacer, ¿me voy a caer? si, tal vez ¿me voy a levantar? Seguro que me voy a levantar. No pasa nada”, agregó la aventurera que tocará el asfalto neoyorquino el 7 de noviembre próximo, en busca de conquistar sus calles con su esfuerzo y abrir las puertas de la confianza para quienes llegan a la discapacidad y creen que lo han perdido todo.

“Sueño con llegar a la meta. Pisar Nueva York es algo maravilloso, pero cruzar una meta con tanta gente, con el equipo que llevo, con el acompañamiento que tengo: mis guías, mis amigos que está al pendiente, llegar a la meta va a ser un sueño logrado. Solamente faltan un poco de recursos y un poco de entrenamiento pero lo demás está puesto para seguir yendo pa’ delante”, garantizó sonriente la mensajera de una esperanza ilimitada y retos inagotables.


Halcones del Asfalto

Martha entrena con el Club de Corredores Halcones, que vincula a personas con discapacidad visual (desde debilidad hasta ceguera total) con voluntarios que desean apoyarles en construir metas sobre el asfalto: desde tener la confianza de caminar 500 metros sin un bastón, hasta competir en eventos de 42 kilómetros.

“Uno de los principales valores que tenemos es el de al confianza, que se va construyendo con entrenamientos, asistencia, interacción.Una persona con discapacidad visual va a confiar en ti desde para caminar un kilómetro sin usar su bastón, hasta para correr durante 42 kilómetros, te conviertes en sus ojos y tienes que trabajar en construir confianza y este vínculo es muy poderoso”, explicó Teresita Robledo, coordinadora de Halcones México, que hoy, además de apoyar a atletas con discapacidades visuales, también recibe a personas con otras condiciones discapacitantes.

“En el camino fuimos aprendiendo que cuando eres guía entiendas que la discapacidad no define a una persona, pero sí tenemos que saber cómo podemos mejorar para ayudar al corredor a que en verdad de su máximo”, agregó.

El equipo se reune los sábados a las 7:00am en el Altar a la Patria del Bosque de Chapultepec para hacer entrenamientos conjuntos y allí mismo capacitan a los voluntarios que desean incorporarse como guías.

“Hay que asumir un compromiso tanto para ir a entrenar, como apoyar a un atleta con una meta en específico por ejemplo: correr medio maratón, un maratón, disminuir tiempos en 5k… en el equipo siempre decimos que todas las metas son importantes así sea que hoy empiezas a caminar un poco más, hasta correr un maratón en busca de ganar tu categoría”.

Con seis años en el equipo, Edgar Elenes Inchaurregui es el guía más experimentado. “En un principio fue curiosidad conocer y entender qué implicaba ser guía. Llegué con la idea de darles tiempo y esfuerzo pero me di cuenta de que yo recibía mucho más al aprender de su actitud ante la vida y su resiliencia. Me han enseñado a ser una persona más paciente, a entender un poco más las necesidades de los demás y tener un poco de más de conciencia sobre las diferencias y necesidades de las personas”, agregó el voluntario.

“La puerta está abierta. No es necesario tener experiencia como corredor, solo un poco de tiempo, voluntad y deseo de ayudar. Si estan interesados: vengan, conozcan al equipo que tiene a corredores entusiastas y a un grupo de guías que tratamos de ayudarles. Yo espero que la salud me acompañe por muchos años y poder hacer esta actividad el resto de mi vida”

Edgar Elenes Inchaurregui
Corredor guía
Relatos con amor

¡Escríbete!

Disfruto mucho escribir. Es una especie de terapia para ponerme atención y darme tiempo de comprender mis emociones, reflexionarlas y actuar con más inteligencia. Sin embargo, si soy honesta, suelo escribir mucho sobre otras vidas y para otras personas; pocas veces escribo algo propio o para mí y a pesar de ello, hoy empiezo a notar que escribir adquiere un toque fantástico.

Creemos que escribir es un acto casi extinto, aunque lo hacemos más que nunca para entrar en contacto con alguien vía WhatsApp, por ejemplo y también leemos más que antes, pues aunque no sean libros, sí ojeamos publicaciones en redes sociales como Facebook.

Damos mucho hacia los demás en escribirles o dedicar lecturas a los mensajes que nos envían, pero no muy seguido nos atrevemos a entrar a la casa de nuestras emociones y deseos para enfrentarlos y entenderlos.

En estos días de confinamiento, me he acercado a algunas líneas de la Katy que escribía a los siete años de edad, de la que, con sueño, cansancio y hambre, ya planificaba una meta nueva, o de la que se propuso un reto que logró cumplir.

De entre las líneas que más me gustan, está esta hojita azul. Entonces trabajaba en el Diario Deportivo Récord, vivía en Coyoacán (al sur de la Ciudad de México) y casi a diario debía ir al Centro Deportivo Olímpico Mexicano, CDOM, (al norte de la capital y que colinda casi con el municipio de Naucalpan, Estado de México). El traslado implicaba poco más de una hora si me iba por la Línea 2 del metro: desde la estación General Anaya hasta Toreo o Cuatro Caminos eran 23 paradas y de allí salía para tomar un transporte hacia el CDOM.

Además, el camino era largo desde la estación Toreo hasta el autobús. Había entre ambos puntos muchos puestos ambulantes y en uno de ellos me detuve a comprar una pequeña libreta. Era un lunes de diciembre de 2004. Era mi cumpleaños y en ese momento no sé por qué consideré que mi libretita sería un buen “autorregalo”, así que en la primera página me escribí una dedicatoria.

No diré, como Alejandro Jodorowski, que estas líneas se trataron de psicomagia, no fue así. Trabajé muy duro, me esmeré muchísimo y estudié a conciencia.

Exactamente ocho meses después de escribir esa carta, el 13 de agosto de 2005, bajaba del avión que me llevó desde Ámsterdam hasta la capital de Finlandia: Helsinki, donde tuve la gran oportunidad de cubrir los Campeonatos Mundiales de Atletismo, en los que Ana Guevara ganó la última de sus tres medallas mundiales (bronce en 400m), el ecuatoriano Jefferson Pérez conquistó un oro (20km marcha), Yelena Isibáyeva iniciaba el reluciente brillo de su nombre en el mundo (ganó oro y récord en salto con pértiga), Kenenisa Bekele siguió la estela hacia un camino de leyenda (ganó oro en 10,000m) y Usain Bolt tocó por vez primera las mieles mundialistas aunque se lesionó en la final de 200m…un sinnúmero de cosas más sucedieron y otras tantas viví yo. Tal como me lo escribí en esa carta: ¡Llegué allí!

Después me dio por el gusto de enviar postales. Enviaba postales a mi familia desde donde estuviera. Al llegar, después de instalarme en el hotel, lo primero que preguntaba era la ubicación del servicio postal y si en el camino se atravesaba alguna tarjeta con una foto linda del lugar en el que estaba, la compraba para escribir en la noche, al terminar de trabajar.

Casi siempre bajaba del vuelo de regreso a México y mis postales aún no llegaban a casa; muchas se perdieron en el camino, pero de las que escribí y lograron llegar al destino final, me mandé a mi ésta, en la madrugada en que se clausuraron los Juegos Panamericanos de Río de Janeiro, Brasil, en 2007.

Aquí no hubo un ‘proceso mágico’ pues aunque lo escribí, lo deseaba y trabajé muy duro por ello, no llegué a China. No fui a los Juegos Olímpicos de Beijing 2008 y, por doloroso que fue trabajar tan duro por seis años continuos y no lograrlo, decidí que esa ausencia en mis metas no definiría mi camino, que podría crecer aún más y con nuevas oportunidades de llegar a nuevas experiencias. Los sueños no han parado.

Tampoco se detuvieron las cartas. A veces a las 2:00am al terminar la jornada laboral, me daba algun tiempo para mandarme un mensaje, como este, a punto de iniciar los Juegos Centrocaribeños de Veracruz 2014.

Desde el pasado, me he mandado algunas líneas, pero muy a mi favor, he recibido muchísimas más.

Todas, desde que aprendí a escribir, las tengo guardadas en una canasta cuyo destino ya dije, pues quiero que esta canasta acompañe mi funeral, por si alguien gusta leer alguna.

Entre las reliquias que conservo, está el plan de una misión. Yo tenía nueve años y con mis amigos Ricardo y Fernando planificábamos que, al crecer, viajaríamos al Triángulo de las Bermudas y tras un sinnúmero de investigaciones (preguntando a nuestros papás y leyendo revistas, que eran nuestras máximas fuentes de información) concluimos que necesitaríamos un montón de cosas, algunas incluso las deberíamos inventar. Cuando teníamos un proyecto “más o menos claro” un día llegó Ricardo con dos hojas en las que plasmó todas nuestras ideas del viaje y aún lo tengo porque uno no sabe si en alguna emergencia se pueda necesitar de esta información anticontingencias. (De mi amigo Ricardo siempre me sorprendió su gran talento para dibujar en una época donde no se sabían valorar las virtudes artísticas, pues con frecuencia la maestra lo humillaba por no entender matemáticas; por suerte, él vivía en un mundo mucho más creativo y elevado que esos insultos).

En fin, que escribir es un placer que nos merecemos muy seguido y entre la distancia, hoy es un buen momento para expresar lo que sentimos a quienes queremos, estén cerca o lejos o para escribirnos a nosotros también. Puede doler, pero también puede sanar.

El tiempo le irá dando más valor a nuestras letras, podremos escribirnos nuevas cartas y cuando llegue el futuro y reencontremos nuestros textos, entre sonrisas y lágrimas nos sorprenderá descubrir quiénes éramos cuando nos dejamos ese mensaje y hacia donde avanzan nuestras líneas, con un nuevo recado por dejar.

Deportes

El dije de la protesta

Una noche del verano de 2018 caía en la Ciudad Universitaria de la UNAM, cuando entre los caminos que conducen a sus aulas caminaba John Carlos; 50 años atrás, en ‘territorio puma’ brilló en el con el bronce olímpico de los 200m, pero el resplandor de su éxito deportivo fue solo el pretexto para pararse en el podio y desde las alturas de la victoria el denunciar lo injusto que era la discriminación racial.

De padres cubanos, Carlos nació en Harlem, Nueva York el 5 de junio de 1945 y antes de la medalla olímpica en México 68, fue Campeón Panamericano de 200m en Winnipeg 1967, pero el deporte nunca más volvió a escuchar su nombre y su silueta no brilló nunca más en el movimiento olímpico.

Pero entre aquel ocaso del verano de 2018, John caminaba por el Centro Cultural Universitario de la UNAM y recordaba cómo cinco décadas antes el mundo era tan distinto pero a la vez muchos prejuicios seguían arraigados y la lucha por eliminarlos debía continuar. Llegó a la Sala ‘Carlos Chávez’ donde muchos protagonistas y testigos presenciales de México 68 compartían lo que el corazón, la memoria y la reflexión les permite atesorar de aquellos 15 intensos días de otoño.

John Carlos compartía sus más profundos recuerdos. Usaba una gorra negra y de su cuello pendía un dije que resumía el momento más intenso de su vida: aquellos momentos en el podio de los Juegos Olímpicos, cuando levantó con el puño enfundado en guante negro en señal de protesta contra la desigualdad racial.

Esa misma seña era su dije: un puño con cada dedo del color de un aro olímpico, en cuya base se trazó la silueta de su figura a cuerpo completo.

“Se me ocurrió a mí el diseño y lo mandé hacer en el Suroeste de Estados Unidos”, compartió orgulloso. “Es único. Aquí lo dice todo. Quería usar los aros olímpicos, pero me dijeron que tal vez no podría hacerlo, por eso fue mejor poner el puño”.

La joya es el pequeño recuerdo del gran momento que cimbró la historia y que sumió su vida entre los más intensos contrastes.

“Primero nos respetaban mucho, en México muchos nos aplaudieron, pero después algunos yanquis nos acusaban de alborotadores. Al regresar a Estados Unidos, la gente que me apreciaba, a la vez trataba de evitarme, tenían miedo de represalias, de padecer lo mismo que nosotros de ser señalados, juzgados y hasta bloqueados por la sociedad”, agregó el hombre hoy de 74 años de edad.

Pese al brillo olímpico, pese a levantar la mano para denunciar las desigualdades sociales, políticas, económicas, académicas o médicas que padecía la comunidad afroamericana, Carlos fue vetado y separado del deporte.

“La tristeza más grande de mi vida fue que mi esposa se quitó la vida. No pudo superar estas condiciones fue terrible. Si no hubiera tenido fe en mí mismo y en Dios no sé qué habría sido de mi”, confesó Carlos, quien visitó la UNAM y desde la Sala Carlos Chavez habló a las nuevas generaciones:

Al no poder continuar su desarrollo deportivo, ni tener el reconocimiento social que merece todo medallista olímpico, ni encontrar trabajo vinculado a su amado atletismo, encontró la forma de subsistir lavando autos, también fue obrero, pero perdió todo.

“La tristeza más grande de mi vida fue que mi esposa se quitó la vida. No pudo superar estas condiciones fue terrible. Si no hubiera tenido fe en mí mismo y en Dios no sé qué habría sido de mi”, confesó en la charla ante estudiantes y les dijo:

“Comprométanse con su sociedad. Pónganse al frente del cambio. No esperen a tener 60 años para pensar en hacer algo. Yo entonces tenía 22 y no estaba dispuesto a quedarme callado. Es difícil, es muy difícil, las consecuencias son muy duras; quizá ustedes no verán los resultados, pero sus hijos sí los vivirán”.

John Carlos. Medallista olímpico y luchador social

Hace 50 años en el Estadio Olímpico de Ciudad Universitaria, Carlos ganó bronce en 200m, al lado de su compatriota Tommie Smith (oro) y el australiano Peter Norman (plata). Todos se manifestaron allí: los estadounidenses con el puño negro y Norman con un parche a favor de los Derechos Humanos en el deporte olímpico. Todos fueron vetados de por vida del deporte, pero ninguno se arrepintió.

“No se trata de luchar por los derechos de un sólo grupo. Cuando se falta y se dañan los derechos de unos, queda probado que no se respetan ningunos”

John Carlos. Ex velocista estadounidense

Ni el medio siglo que ha hecho estragos en el color de su cabello o en la textura de su piel ha cambiado su carácter indomable, inquebrantable y valiente; el espíritu de un joven que porta sobre el pecho un dije más pequeño y más valioso que su medalla olímpica.

Ciudad de México, Deportes

¿Por qué se llama ‘El Sope’ la pista atlética de la Ciudad de México?

 

A diario entrenan en ella casi 4 mil personas; su historia comienza hace más de 50 años, con una promesa por cumplir, un intento de asalto…¡y un machete!

Dejó caer el machete sobre la maleza una y otra vez, hasta trazar un camino llano. Padecía una obsesión por cumplir una promesa y -de forma involuntaria- con ese machete abrió la senda para las metas de casi 4 mil corredores, que todos los días asisten a la pista ‘El Sope’, en la 2ª Sección del Bosque de Chapultepec, de la Ciudad de México.

Hace 50 años, un terreno salvaje y escondido entre la hierba silvestre, fue ‘civilizado’ por Mario Pérez, quien transformó una zona hostil para convertirla hoy en una de las pista de arcilla más importantes de la capital del país.

Pero antes de abrir camino a machetazos, Mario era un hombre fumador y sedentario. La cuota de su adicción era una cajetilla de cigarros diaria, hasta que un día su hermano lo retó a iniciarse en el atletismo.

Lo acompañé a una carrera de campo traviesa; los ganadores le sacaron como dos kilómetros de ventaja…¡y que lo regaño! “¿¡Para eso me trajiste aquí!? ¡Para verte perder!”. Él, muy noble contestó: “¿Por qué no le entras tú?”. Muy orgulloso, le dije: “¡Sí. El otro año voy a correr y verás que estos no me ganan a mí!”», recordó Don Mario.

Allí supe lo que cuesta cumplir una promesa. Esa promesa fue mi entrada al atletismo. ¡En el primer mes de entrenamiento, hasta para sentarme me agarraba de las paredes! Sentía que me moría…¡y pararme era peor!…pero todo valió la pena».

Entre orgullosos dolores, el novato corredor cumplió la promesa: se llevó el primer sitio en su primera incursión en el Campeonato Nacional de Campo Traviesa, en 1965 y ese triunfo fue el primer paso hacia una prolongada vida en el atletismo.

Pérez Saldívar profesionalizó sus entrenamientos y una madrugada de 1966, salió a correr con su hermano entre solitarias y peligrosas veredas, sin saber que esa práctica sería el preludio de uno de los lugares de mayor concurrencia para entrenar en la Ciudad de México. “No existía la 2ª Sección del Bosque de Chapultepec. Había, cuevas, barrancas, animales salvajes ¡y hasta drogadictos! Una ocasión nos persiguieron para asaltarnos y al escaparnos, acabamos casi por la Calzada Virreyes, como no podíamos regresar, entrenamos allí. Había mucho matorral, pero le dije a mi hermano: “aquí está bueno pa’ correr” y al otro día me llevé el machete para cortar ramas”, confesó.

Esos machetazos y sus entrenamientos fueron los primeros pulsos en la vida de la pista ‘El Sope’. “Cuando cortábamos la maleza, jamás pensamos que pudiera ser el camino de tantos corredores, sólo queríamos un lugar seguro para hacer ejercicio”.

Entonces, Pérez Saldívar trabajaba en la Secretaría de Obras Públicas (SOP) y representaba a este organismo al competir en pruebas de ruta que podían ir de Xochimilco a Tláhuac, de Tláhuac a Milpa Alta o de Iztapalapa a Tláhuac. En esas competencias recibió su sobrenombre.

“Había varios clubes de atletismo: Venados, CDI, Vaqueros, UNAM, Poli y donde yo trabajaba: la SOP; todos me gritaban, en especial los de Prepa 5 “¡échale SOP!”, me decían, pero un día me ‘regalaron’ una ‘E’, y ya me decían ‘El Sope’; a ellos les debo el apodo”.

Sope.Periodico

De ser un fumador mórbido, Mario ‘El Sope’ Pérez, se convirtió en atleta de selección nacional. Ganó oro (5,000m), plata (10,000m) y bronce (1,500m) en los Juegos Centroamericanos y del Caribe de 1970; bronce (5,000m) en los Panamericanos de 1971 y compitió en los Olímpicos de Munich ’72 , basando su preparación en aquella pista, que a machetazos creó.

“Con tantas medallas, una ocasión fui a Los Pinos y vi al Presidente Gustavo Díaz Ordaz. Me preguntó dónde entrenaba, le expliqué y él dijo: “Esa vereda se va a llamar ‘El Sope’” y mandó poner una placa con mi apodo”.

Algunas mañanas, el creador de este circuito practica, anónimo, entre los corredores. “La satisfacción de ver la pista llena a casi todas horas, que la gente venga a correr es muy bonito, ver cómo aquí van haciendo sus cronos, planeando sus metas me da mucha alegría”.

El trazo original que le dio Mario Pérez ha cambiado mucho al de hoy en día, pero ahora la pista atlética ‘El Sope’ tiene dos circuitos: uno de mil 150 metros y otro de 820m; además cuenta con una recta de arcilla de 100m para entrenar tramos de velocidad, tiene señalizaciones cada 100m, aparatos de estiramiento, red de iluminación, red de riego y jardinería.

La pista ‘El Sope’ nació a razón de una promesa cumplida. Es un trazo hecho a machetazos, herencia para los corredores de la Ciudad de México y uno de los circuitos más completos para practicar carrera atlética, en la capital del país.

EL DATO

Legado para todos

La pista atlética ‘El Sope’ es una de las más importantes del D.F. En ella han entrenado desde destacados competidores de alto rendimiento, hasta personalidades como Presidentes o Jefes de Gobierno.