Deportes, Mujer y Deporte

¿Exigencia en la inestabilidad?

A 500 días de los Juegos Olímpicos de Paris 2024, México enfrenta el ciclo olímpico más turbulento de su historia… pese a ello ¿habrá medallas?

El terreno olímpico de México se encuentra en la condición más inestable, de su historia. A 500 días de los Juegos Olímpicos de Paris 2024, son diversas las incógnitas del desempeño de la Delegación Mexicana en la Ciudad Luz y el reloj inició una imparable cuenta regresiva en la que los resultados de los deportistas van mucho más allá de una preparación religiosa y su esfuerzo personal.

Diferencias ‘extra cancha’

En este ciclo olímpico por primera vez dos de los tres organismos deportivos más importantes de México son dirigidos por mujeres: la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (Conade) por la medallista olímpica en atletismo Ana Guevara y el Comité Olímpico Mexicano (COM) por la medallista mundial en clavados Marijose Alcalá; aunque este es un importante paso histórico para la administración deportiva femenil en México, las diferencias políticas e ideológicas de cada titular han decantado en esfuerzos independientes y no coincidentes por el mismo fin: ver el mejor desempeño de México en Juegos Olímpicos.

Marijose Alcalá y Ana Guevara.

Las mayores discrepancias estriban en su accionar ante las Federaciones Mexicanas de Natación, Atletismo y Ciclismo.

En el primer caso, su titular, Kiril Todorov, fue desconocido por World Aquatics (Federación Internacional de Deportes Acuáticos), decisión que apoyó el COM y por ello promueve la operación de una Comisión Estabilizadora; sin embargo, la Conade mantiene el apoyo a Kiril Todorov.

En el segundo caso: la Conade denunció a Antonio Lozano, por recibir dinero del gobierno para apoyar al atletismo mexicano, pero este a cambio entregó facturas falsas por más de 4.8 millones de pesos; al cometer peculado quedó inhabilitado para presidir el atletismo nacional y para recibir recursos públicos y a pesar de ello, el COM respalda a Lozano.

En ciclismo la Unión Ciclista Internacional desconoció a Edgardo Hernández como presidente de la Federación Mexicana de Ciclismo y Conade apoya el fallo, pero el COM se perfila por Edgardo.

A este escenario hay que agregarle una pieza: además de dirigir el COM, Marijose Alcala dirige la Comisión de Deporte en la Cámara de Diputados (legisla desde la bancada del Partido Verde Ecologista de México) y es ésta junta la que presenta la propuesta presupuestal de cada año a la Comisión de Hacienda.

¿Y los recursos?

Además de las diferencias en las rutas políticas que trazan, hay que agregar la situación presupuestal. En 2019, tras la cancelación de los fideicomisos públicos, se eliminó también el fideicomiso Fondo para el Deporte de Alto Rendimiento (Fodepar) que, si bien tenía vicios corregibles, de él dependía la compra de material deportivo, pago de campamentos y competencias o pago de equipo multidisciplinario (entrenador, fisiatra, psicólogo).

Hoy, el recurso federal etiquetado para este fin no solo se redujo, además llega más lento a sus beneficiarios, pues a inicios del 2023 hay entrenadores que no habían recibido el pago de los últimos siete meses de trabajo del 2022.

Ello se suma al ‘freno de mano’ que ya padecía la administración deportiva federal, al tener recursos a cuenta gotas en deportes como: atletismo, boxeo, judo, lucha, natación o polo acuático. Pocas son las disciplinas que se sustentan de la Iniciativa Privada, como el basquetbol varonil, donde el empresario Carlos Lazo destinó recursos propios a la Selección Nacional que recién clasificó a la Copa del Mundo de la FIBA 2023.

La pandemia apresuró todo

La condición similar para todos en el mundo es la pausa por la pandemia de COVID-19, que desfasó la realización de eventos y encausó la reprogramación de los calendarios de rendimiento de los atletas, aunque retrasó los Olímpicos de Tokio 2020, al 2021, para 2023, el año preolímpico tendrá todas las justas con diferencia de meses: Juegos Centroamericanos y del Caribe (San Salvador, El Salvador); Juegos Panamericanos (Santiago de Chile, Chile), además de Campeonatos Mundiales en cada disciplina, que ofrecerán plazas olímpicas a Paris 2024.

¿Qué puede lograr México en Paris 2024?

Entre estas condiciones, Mexico avanza con ‘freno de mano’ hacia los Juegos Olímpicos y a pesar de ello, si hay oportunidad de subir al podio entre dos y cinco veces, pues en algunos deportes las condiciones administrativas, políticas y financieras fluyen con mayor agilidad, entre ellos destaca el taekwondo.

El taekwondo, que es el deporte que más recursos públicos recibió en el ciclo olímpico pasado, vio la caída más dolorosa de su historia pues en los Juegos de Tokio 2020 el país no subió ni una vez al podio en este deporte de combate, después de hacerlo de forma consecutiva desde los Juegos de Seúl 1988 (como deporte de exhibición) y ya después a partir de Sidney 2000 (cuando se incorporó al programa olímpico), hasta Río 2016.

Pese al descalabro, en el Campeonato Mundial de Taekwondo de Guadalajara 2022el anfitrión ganó seis medallas: tres oros con Daniela Souza (-49kg.), Leslie Soltero (-67kg.) y Carlos Sansores (+87kg.), además de una plata de César Rodríguez (-54kg.) y los bronce de Brandon Plaza (-58kg.) y Bryan Salazar (-87kg.). Los tres oros del taekwondo mexicano se lograron en divisiones donde nunca antes había triunfado México, por lo que esta nueva generación tiene perspectivas al podio de Paris 2024. (Recordemos que el taekwondo en Mundiales tiene ocho divisiones por rama y en Juegos Olímpicos se conjugan pesos para tener cuatro categorías para hombres y cuatro para mujeres).

Daniela Souza y su entrenador Abel Mendoza.

El tiro con Arco con la sonorense Alejandra Valencia y Luis ‘El Abuelo’ Álvarez, que ganaron bronce en la prueba mixta de Tokio 2020, al lado de la Subcampeona Olímpica Aida Roman (plata en Loneres 2012) comandan a una nueva generación entre arcos y flechas.

Mientras en atletismo, pese a los rasgos financieros y administrativos en su federación, el nivel de la marchista Alegna González, al ser 5ª en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, 4ª en la Copa del Mundo de Muscat 2022 y 7ª en los Mundiales de Oregon22 la perfilan para estar entre las ocho primeras de los 20km de marcha atlética.

Mientras en levantamiento de pesas, la Subcampeona Panamericana y medallista mundial Aremi Fuentes ganó bronce olímpico en Tokio 2020 y prácticamente a mil días de los Juegos de Paris 2024 ya estaba entrenando para regresar al podio en la división de -75kg.

En tanto los atletas sepan enfrentar la intrincada situación administrativa que viven los deportes acuáticos en México, en la disciplina de Clavados se mantienen las posibilidades, junto con el ciclismo mexicano que cierne sus mayores posibilidades en el velódromo; estos dos, al lado del deporte que inventó el Baron a Pierre de Coubertin, fundador de los Juegos Olímpicos Modernos: el Pentatlón Moderno.

Si en Paris 2024 Mexico no ganase ni una medalla, se repetiría un hecho que el país no vive desde Ámsterdam 1928 y que solo ha sucedido dos veces, en la participación histórica de Mexico: primero justo en Paris 1924 y después en Ámsterdam 1928. Pero más allá del dato, el trago amargo podría a su paso dejar tanto mal sabor como fortalecimiento y sería la inflexión hacia la renovación (y en algunos casos la creación) de un modelo deportivo…y no, al decir esto no deseo que México se quede sin ganar medallas.

Es más difícil que México no toque ni un podio olímpico, a que sí lo haga y por ello, pese a las condiciones en que llega el deporte mexicano al cierre de este ciclo olímpico, si las medallas caen, sucederá algo a la vez tan bueno como malo; en lo bueno, se premia al esfuerzo del atleta y los lustros que dedicó a consumar su sueño; en lo malo, sobre sus logros se justifica la operatividad del ‘sistema’ del deporte, sin priorizar una necesidad de mejorarlo.

Deportes

Del Olimpo al olvido

En más de 120 años, solo mil 792 mexicanos han pisado un escenario de Juegos Olímpicos, un selecto y pequeño grupo que refleja lo difícil que es clasificar a la justa.

No es fácil tener mil 792 olímpicos en la historia de nuestro país que hoy tiene más de 130 millones de mexicanos. Es un gran honor y más festejar 100 años de la creación de esta institución que ha dado más que campeones a México: también desarrollo a través de unos Juegos Olímpicos en 1968”.


Marijose Alcalá
Dirigente del Comité Olímpico Mexicano.


Los primeros mexicanos que compitieron en unos Juegos Olímpicos fueron los hermanos Manuel, Eustaquio y José Pablo Escandón y Barrón en la edición de Paris 1900; también fueron los primeros mexicanos que subieron al podio con el bronce en el polo hípico.

Aquí su historia

“¡En toda la historia son 110 mil hombres y mujeres Olímpicos a nivel mundial, en una población que actualmente oscila en los 8 mil millones de habitantes! Es una situación muy privilegiada ser Olímpico, se reconoce que para ser participante se debieron pasar muchos procesos y cada vez es más difícil lograrlo”, compartió el Subcampeón Olímpico de Lucha, Daniel Aceves.


1792
Mexicanos han competido en 24 ediciones de Juegos Olímpicos: 1746 en las ediciones de verano y 46 en las de invierno.

Pero detrás de las cifras se esconde un mundo posterior al resplandor olímpico. Los años de entrenamiento y preparación en busca de clasificar a unos Juegos Olímpicos se transforman en: lesiones permanentes, no contar con acceso a seguridad social o pensión y además, en las generaciones olímpicas del siglo XX la mayoría de los atletas debió elegir entre hacer carrera deportiva o carrera académica, lo que decantó para muchos en no contar con las herramientas profesionales para crear una vida después del deporte.

“Una de las preocupaciones es dar dignidad a las olímpicas y los olímpicos. Muchos no tienen acceso a un empleo digno y tienen problemáticas socioeconómicas. Queremos tender puentes de apoyo porque han otorgado su esfuerzo para representar México«, agregó Aceves Villagrán, quien dirige la Asociación de Olímpicos Mexicanos, un organismo sin fines de lucro que busca enaltecer los valores del Olimpismo y recordar a los casi mil 800 atletas que en más de 100 años han llevado a México al escenario Olímpico.

Se requiere hacer una dignificación de los Olímpicos Mexicanos porque somos un sector social que puede y quiere seguir sirviendo a Mexico de muchas formas


Daniel Aceves
Subcampeón Olímpico de Lucha en Los Ángeles 1984

Deportes

La ayuda de Polonia al deporte mexicano

El debut de México en la Copa del Mundo Qatar 2022 será ante Polonia, un conjunto que en solo nueve participaciones ha alcanzado el tercer puesto en dos ediciones: Alemania 1974 y España 1982, pero años antes de hacer brillar su fútbol, compartieron el fulgor de su metodología deportiva para que México también viviera sus propios destellos en escenarios olímpicos y mundiales y al menos ocho especialistas en ciencias del deporte viajaron desde su natal Polonia hasta el otro lado del mundo a entrenar a chicos desconocidos para ellos y también para México…pero con su apoyo, dedicación y paciencia, sus nombres entrarían a la lista de las figuras imborrables en la historia nacional.

En los Juegos Olímpicos de México 1968 surgieron los primeros capítulos de éxito en la relación deportiva de México y Polonia. El boxeo mexicano ganó cuatro preseas, dos de ellas los oros de Ricardo Delgado y Antonio Roldán, con los dos bronces de Agustin Zaragoza y Joaquín Rocha; los cuatro pugilistas hicieron historia bajo las instrucciones de los entrenadores polacos Casimiro Mazek y Enrique Nowara (quien estuvo en México hasta 1971 y enfiló parte del rumbo amateur del boxeador Alfonso Zamora, que en los Juegos de Munich 1972 fue el único mexicano que ascendió al podio olímpico, con una presea de plata).

Durante los Juegos de México 1968 hubo un resultado histórico: el mundo vio por primera vez a una mujer mexicana en un podio olímpico: la esposa, madre y floretista Campeona Panamericana Pilar Roldán se colgó la única medalla olímpica que ha ganado la esgrima nacional y en la etapa más importante de su preparación hacia ese podio, Pilar trabajo en el Centro Deportivo Olímpico Mexicano con el apoyo del técnico Jerzy Buczak, quien no encontró limitantes alguna en nación, género o maternidad y trabajó duro con la mexicana hasta verla cumplir la meta que deseaba desde Tokio 64, aquí los detalles de su increíble historia.

En esos Juegos de 1968 el país local ganó su primera medalla olímpica en marcha atlética: el Sargento José Pedraza se colgó la plata en los 20km marcha, con la ayuda del entrenador polaco Jerzey Hausleber (con quien comenzó a trabajar en el verano de 1966) un técnico que en más de 35 años de esfuerzo directo con los atletas, contribuyó a que México colectara casi 120 preseas en Juegos Centrocaribeños, Juegos Panamericanos, Juegos Olímpicos o Campeonatos Mundiales de Atletismo, además de romper en 15 ocasiones los récords mundiales de distintas distancias de la caminata atlética. Hausleber Roszezewska fue el técnico que innovó con los entrenamientos en alturas superiores a los 4 mil metros sobre el nivel del mar y con su metodología se volvió artífice de leyendas como: Daniel Bautista, Ernesto Canto, Carlos Mercenario, Bernardo Segura, Noé Hernández o Joel Sánchez; todos ellos medallistas olímpicos de marcha atlética y por ello recibió el premio a la ‘Orden Mexicana del Águila Azteca’, que se concede a extranjeros que ofrecieron su esfuerzo para el desarrollo nacional, después se naturalizó mexicano y ganó además el Premio Nació al de Deportes.

Junto con Hausleber, llegó también a México en 1966 el entrenador Stanislaw Poburka para entrenar al equipo olímpico de voleibol varonil que no logró ganar ningún encuentro en el torneo de los Juegos de 1968, pero que contribuyó a sembrar la semilla que hizo crecer el deporte hasta tener talentos de exportación hacia Europa (como: José Luis Martell, Tomás Aguilera o Pedro Rangel). A sus 92 años de edad, Pobruka reside en Polonia.

Pero otro de los talentos polacos que llegó a México y se quedó aquí hasta su último aliento fue Tadeusz Kepka. Ambos, Hausleber y Kepka arribaron al país tras un contrato emitido por José de Jesús Clark Flores, entonces vicepresidente del Comité Olímpico Mexicano y en el caso de Kepka, su labor se enfocó en pruebas de fondo. Tadeusz -que hablaba fluido inglés, francés ruso, español y hasta latín- comenzó el arduo trabajo con una generación en la que estuvo el destacado Juan Máximo Martínez (qepd), único mexicano que se ubica en 4º sitio en dos distintas pruebas de unos mismos Juegos Olímpicos: en México 68 se quedó a un paso de las medallas tanto en 5,000m, como en 10,000m; con el también entrenó el medallista panamericano Mario ‘El Sope’ Pérez quien hizo los orígenes de la pista que lleva su apodo en la 2ª Sección de Chapultepec y aquí está la historia de este sitio y su creador.

Después, Kepka desarrolló el talento de Rodolfo Gómez, quien ganó maratones como Tokio o Atenas, fue dos veces 2º en el Maratón de Nueva York y también corrió el 42k en dos ediciones olímpicas: 1976 y 1980. Más tarde el mismo Rodolfo se volvería un destacado entrenador. Pronto llegó a manos de Kepka el talento de Arturo Barrios, el único mexicano que ha roto un récord mundial en pruebas de fondo (10,000m 27.08.23, Berlín 1989) y fue el primer hombre del mundo que hizo un 21k en menos de una hora. Con sus conocimientos, sus interminables cuadernos con estadísticas y su extraordinaria memoria, Tadeusz contribuyó a ver Subcampeón Mundial de maratón a Dionicio Ceron y también guió el trabajo que acumuló en sus piernas el veracruzano Germán Silva, dos veces ganador del Maratón de Nueva York y finalista olímpico del 42k en Atlanta 1996. Además se encargó de dirigir la preparación física de árbitros de fútbol mexicano. Antes de su último aliento, recibió a su último alumno destacado: el multimedallista panamericano y doble finalista olímpico Juan Luis Barrios.

A principios de la década de los 80 regresó a México con contrato en mano Andrzej Piotrowski (quien había venido a la capital del país en los Juegos de México 68 como parte del equipo polaco) y tendría por labor desarrollar los talentos en velocidad; entre otros, guió a Mayra González (400m), Óscar Juanz (400m vallas) y al sonorense Alejandro Cardenas quien practicaba la prueba combinada de decatlón y en 1999 se convirtió en la primera persona de México que ganó una medalla mundial en pruebas atléticas de velocidad: 400m y subió al podio con el bronce, al lado de la leyenda de las pistas, el estadounidense Michael Johnson. Hausleber, Kepka y Piotrowski estudiaron juntos en la Academia de Educación Física de su natal Varsovia. Antes de llegar a México Piotrowski entrenó a Irena Szewinska, Campeona Olímpica en México 68 en 200m y quien poseyó los récords mundiales de 100m, 200m, 400m y 4x100m.

Antes de ser entrenador, Piotrowski buscaba incursionar como actor en su natal Varsovia, pero migró a la Ciudad de México a desarrollar talentos deportivos. Hoy es el único de todos ellos que sigue viviendo en México.

La última en migrar de Polonia a México fue Wanda Panfil, considerada la mejor corredora de fondo del país, quien ganó majors como Nueva York o Londres, ademas de ser Campeona Mundial de Maratón en 1991 y fue así la primera y hasta hoy única Campeona Mundial del 42k nacida en Polonia. Wanda es la única de los ocho técnicos que aún se mantiene activa como entrenadora y apoya a distintos atletas como Vianey de la Rosa, olímpica en Río 2016.

Polonia, con el intelecto, la dedicación, la exigencia y, en casi todos los casos, con el ácido humor de sus técnicos, llevó a la gloria a atletas mexicanos que pusieron también intelecto, dedicación y exigencia en mancuernas que engrandecieron a México y crearon legados invaluables hasta hoy.

Deportes, Mujer y Deporte

Ella Bucio: La doble de acción que es Campeona Mundial


Cierra los ojos, se concentra, inhala profundo y al despegar los párpados corre a máxima velocidad para saltar de una techumbre, hacer un giro y caer en el siguiente edificio. ¡Lo logra! Le aplauden y cortan la toma. Así pasó Ella Bucio los últimos cinco años de su vida: como doble de acción, hasta que decidió hacer una pausa laboral de tres meses para cultivar un sueño: dedicar cada hora de cada día a hacer parkour hasta que logró convertirse en la mejor del mundo.

A sus 25 años, Ella ahorró lo de un lustro de trabajo como stuntman, un oficio de riesgo que implica representar a un personaje ficticio en escenas de acción, para dedicarse enteramente a sí misma, a escribir con esfuerzo, disciplina y valor el guión de su propia historia a practicar cada día, mejorar cada elemento y costear sus primeras competencias internacionales.

Mientras trabajaba, pasé meses sin poder entrenar parkour, por lo que mi progreso en esos cinco años fue lento y frustrante. Yo sabía que un día podía ser la mejor, pero no tenía tiempo para entrenar lo suficiente

Ella Bucio. Campeona Mundial de Parkour Freestyle.

En 2022 salió a representar a México por vez primera: fue a las Copas del Mundo de Montpelliere, Francia y de Sofía, Bulgaria, con el corazón adolorido al ver el gran talento mexicano que no sale del país a causa de los pocos apoyos para brillar en otras tierras.

“En todo este proceso, el coraje ha sido mi principal motor, mientras lloraba camino al aeropuerto, me dije: “voy a ganar esta mie*””, aseguró antes de tomar el vuelo por la conquista de Europa.

Se lo dijo y se lo cumplió. Ella ganó oro en la modalidad de freestyle en Francia (con 21.500 puntos) y oro en Bulgaria (también con 21.500). A pesar de nunca antes haber entrado al circuito, hoy es además la líder del ranking mundial de la temporada, además en la prueba de velocidad se ubica en cuarta posición en la lista del orbe de esta campaña.

Pero el preludio en su historia de éxito comenzó muchos años atrás, cuando la gimnasia artística y ella se fundieron en horas y horas de continua práctica.

“Toda la vida hice deporte, incluyendo muchos años de gimnasia. Después conocí a algunos chicos que practicaban parkour y me dijeron que podría ser buena en este deporte. Como doble de acción entre más cosas sepas hacer, tienes mejor condición y tienes más habilidades, por eso acepté…luego me di cuenta que la gimnasia era algo más estructurado: vas y practicas elementos que muchos otros ya han hecho antes, pero el parkour siempre está retándote a crear tus propios elementos”, analizó Bucio.

Con esa perspectiva, sus ahorros, la experiencia de escuchar dos veces el Himno Nacional y su creatividad en competencia, Ella llegó a Tokio, Japón, a la primera edición del Campeonato Mundial de Parkour, donde comenzó en las clasificatorias con 26.000 unidades (13.000 en ejecución y 13.000 en dificultad). En la final, Ella fue la única representante de América y en ella añadió .500 a cada criterio, para totalizar 27.000 puntos, a 2.000 de la japonesa Hanaho Yamamoto (25.000) y 2.5 de la checa Adela Merkova (24.500) que se quedaron plata y bronce de forma respectiva.

“Tengo muchos sentimientos por ahora. ¡Las otras chicas son tan buenas! Para mi es difícil sentirme tan competitiva como ellas, porque todas son tan talentosas. Todas merecen ser reconocidas”, comentó la capitalina de 25 años de edad, quien consumó el sueño de lograr la primera conquista en el mundo del Parkur, un deporte que busca debutar en Juegos Olímpicos pero no lo hará en Paris 2024, pese a que fue justo en Francia donde nació esta exigente disciplina que combina los ejercicios de la gimnasia artística, con los retos que implican los implementos que se encuentren en la calle.


Con la ciencia del peligro

Ella tiene una gran pasión por el deporte y la ciencia y por ello, en el costado derecho de su torso lleva un tatuaje que así lo indica.

“Me hice un tatuaje de la molécula de la adrenalina porque en mi vida he tenido siempre dos pasiones: una que es el deporte, por el asunto de la adrenalina que me encanta, y otra es la ciencia que siempre me ha gustado muchísimo. Si no me hubiera dedicado al deporte, probablemente ahorita estaría trabajando en un laboratorio”.

Relatos con amor

¡Escríbete!

Disfruto mucho escribir. Es una especie de terapia para ponerme atención y darme tiempo de comprender mis emociones, reflexionarlas y actuar con más inteligencia. Sin embargo, si soy honesta, suelo escribir mucho sobre otras vidas y para otras personas; pocas veces escribo algo propio o para mí y a pesar de ello, hoy empiezo a notar que escribir adquiere un toque fantástico.

Creemos que escribir es un acto casi extinto, aunque lo hacemos más que nunca para entrar en contacto con alguien vía WhatsApp, por ejemplo y también leemos más que antes, pues aunque no sean libros, sí ojeamos publicaciones en redes sociales como Facebook.

Damos mucho hacia los demás en escribirles o dedicar lecturas a los mensajes que nos envían, pero no muy seguido nos atrevemos a entrar a la casa de nuestras emociones y deseos para enfrentarlos y entenderlos.

En estos días de confinamiento, me he acercado a algunas líneas de la Katy que escribía a los siete años de edad, de la que, con sueño, cansancio y hambre, ya planificaba una meta nueva, o de la que se propuso un reto que logró cumplir.

De entre las líneas que más me gustan, está esta hojita azul. Entonces trabajaba en el Diario Deportivo Récord, vivía en Coyoacán (al sur de la Ciudad de México) y casi a diario debía ir al Centro Deportivo Olímpico Mexicano, CDOM, (al norte de la capital y que colinda casi con el municipio de Naucalpan, Estado de México). El traslado implicaba poco más de una hora si me iba por la Línea 2 del metro: desde la estación General Anaya hasta Toreo o Cuatro Caminos eran 23 paradas y de allí salía para tomar un transporte hacia el CDOM.

Además, el camino era largo desde la estación Toreo hasta el autobús. Había entre ambos puntos muchos puestos ambulantes y en uno de ellos me detuve a comprar una pequeña libreta. Era un lunes de diciembre de 2004. Era mi cumpleaños y en ese momento no sé por qué consideré que mi libretita sería un buen “autorregalo”, así que en la primera página me escribí una dedicatoria.

No diré, como Alejandro Jodorowski, que estas líneas se trataron de psicomagia, no fue así. Trabajé muy duro, me esmeré muchísimo y estudié a conciencia.

Exactamente ocho meses después de escribir esa carta, el 13 de agosto de 2005, bajaba del avión que me llevó desde Ámsterdam hasta la capital de Finlandia: Helsinki, donde tuve la gran oportunidad de cubrir los Campeonatos Mundiales de Atletismo, en los que Ana Guevara ganó la última de sus tres medallas mundiales (bronce en 400m), el ecuatoriano Jefferson Pérez conquistó un oro (20km marcha), Yelena Isibáyeva iniciaba el reluciente brillo de su nombre en el mundo (ganó oro y récord en salto con pértiga), Kenenisa Bekele siguió la estela hacia un camino de leyenda (ganó oro en 10,000m) y Usain Bolt tocó por vez primera las mieles mundialistas aunque se lesionó en la final de 200m…un sinnúmero de cosas más sucedieron y otras tantas viví yo. Tal como me lo escribí en esa carta: ¡Llegué allí!

Después me dio por el gusto de enviar postales. Enviaba postales a mi familia desde donde estuviera. Al llegar, después de instalarme en el hotel, lo primero que preguntaba era la ubicación del servicio postal y si en el camino se atravesaba alguna tarjeta con una foto linda del lugar en el que estaba, la compraba para escribir en la noche, al terminar de trabajar.

Casi siempre bajaba del vuelo de regreso a México y mis postales aún no llegaban a casa; muchas se perdieron en el camino, pero de las que escribí y lograron llegar al destino final, me mandé a mi ésta, en la madrugada en que se clausuraron los Juegos Panamericanos de Río de Janeiro, Brasil, en 2007.

Aquí no hubo un ‘proceso mágico’ pues aunque lo escribí, lo deseaba y trabajé muy duro por ello, no llegué a China. No fui a los Juegos Olímpicos de Beijing 2008 y, por doloroso que fue trabajar tan duro por seis años continuos y no lograrlo, decidí que esa ausencia en mis metas no definiría mi camino, que podría crecer aún más y con nuevas oportunidades de llegar a nuevas experiencias. Los sueños no han parado.

Tampoco se detuvieron las cartas. A veces a las 2:00am al terminar la jornada laboral, me daba algun tiempo para mandarme un mensaje, como este, a punto de iniciar los Juegos Centrocaribeños de Veracruz 2014.

Desde el pasado, me he mandado algunas líneas, pero muy a mi favor, he recibido muchísimas más.

Todas, desde que aprendí a escribir, las tengo guardadas en una canasta cuyo destino ya dije, pues quiero que esta canasta acompañe mi funeral, por si alguien gusta leer alguna.

Entre las reliquias que conservo, está el plan de una misión. Yo tenía nueve años y con mis amigos Ricardo y Fernando planificábamos que, al crecer, viajaríamos al Triángulo de las Bermudas y tras un sinnúmero de investigaciones (preguntando a nuestros papás y leyendo revistas, que eran nuestras máximas fuentes de información) concluimos que necesitaríamos un montón de cosas, algunas incluso las deberíamos inventar. Cuando teníamos un proyecto “más o menos claro” un día llegó Ricardo con dos hojas en las que plasmó todas nuestras ideas del viaje y aún lo tengo porque uno no sabe si en alguna emergencia se pueda necesitar de esta información anticontingencias. (De mi amigo Ricardo siempre me sorprendió su gran talento para dibujar en una época donde no se sabían valorar las virtudes artísticas, pues con frecuencia la maestra lo humillaba por no entender matemáticas; por suerte, él vivía en un mundo mucho más creativo y elevado que esos insultos).

En fin, que escribir es un placer que nos merecemos muy seguido y entre la distancia, hoy es un buen momento para expresar lo que sentimos a quienes queremos, estén cerca o lejos o para escribirnos a nosotros también. Puede doler, pero también puede sanar.

El tiempo le irá dando más valor a nuestras letras, podremos escribirnos nuevas cartas y cuando llegue el futuro y reencontremos nuestros textos, entre sonrisas y lágrimas nos sorprenderá descubrir quiénes éramos cuando nos dejamos ese mensaje y hacia donde avanzan nuestras líneas, con un nuevo recado por dejar.

Deportes

París 1900: Primera conquista olímpica de México

El polo hípico es un deporte de poca difusión pero mucha traición en México. El país vio crecer y desarrollarse al mejor jugador de la historia mundial: Carlos Gracida, quien fue además el favorito de la Reina Isabel II y maestro de su hijo Carlos y sus nietos Guillermo y Enrique, pero además, en los inicios del Siglo XX fue el polo, gracias a tres hermanos que años atrás incursionaron en este deporte.

El 28 de mayo de 1900, los hermanos mexicanos Pablo, Manuel y Estuaquio Escandón y Barrios, con el estadounidense William Wright hicieron equipo en el polo, porque eran otros tiempos y, en el amateurismo del torneo consideraron posible conjugar a jugadores de naciones mixtas, en un deporte de conjunto.

La justa, se desarrolló cuando Porfirio Díaz era presidente de México. En una era afrancesada en la que los hermanos Escandón y Barrios eran hijos de uno de los más importantes accionistas de una de las industrias que mayormente impulsó Don Porfirio: el ferrocarril.

No existían los organismos deportivos de hoy en día: Comité Olímpico Mexicano, Confederación Deportiva Mexicana, Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte o Federación Deportiva Mexicana de ningun deporte; así, el principal patrocinador de aquel resultado fue el padre de los Escandón y Barrios, que al ser accionista de la construcción del Ferrocarril México-Veracruz, costeó el viaje de sus hijos y sus caballos.

Antonio Escandón (quien por cierto regaló a la Ciudad de México el monumento a Cristóbal Colón que se encuentra en Av. Paseo de la Reforma) se casó con Catalina Barrón y Añorga. En el gobierno de Benito Juárez, el matrimonio gozaba de una privilegiada posición financiera y social y ante las posibilidades de padecer secuelas. Los tres hijos estudiaron en el Stonyhurts College de Inglaterra (fundado en 1794).

En marzo de aquel 1900, el hombre que retomó los Juegos Olímpicos de la Antigua Grecia para traerlos a la modernidad, el Barón Pierre de Coubertain, lideraba la segunda edición de la justa. La primera en 1896 fue, en honor a la herencia, en tierras helénicas, pero la segunda, en su patria, aunque entre desolación por falta de recursos, sin ceremonias que dieran inicio y fin a la justa; sin juramentos de atletas, entrenadores o jueces, mucho menos mascotas, logos o un lema.

En los inicios de los Juegos Olímpicos modernos los competidores, antes de deportistas, eran viajeros. En la segunda edición de la justa, París 1900, no existían las campañas mercadológicas, ni había medios de comunicación interesados en difundir el evento, por ello, los atletas deambulaban por las calles de París, preguntando: “¿Dónde se realizarán las competencias de los Juegos Olímpicos?”, con indicaciones, a veces a señas, por las carencias del idioma, unos y otros parisinos les ayudaban a llegar a las sedes a aquellos que buscaban la gloria olímpica, sin estadios llenos, ni gritos eufóricos, los únicos testigos eran los acompañantes de los atletas y los deportistas que no competían en el momento.

Era una tierra que desconocía las secuelas de las Guerras Mundiales, los campos de concentración, atentados o hasta la comercialización de la competencia; todo aquel que participaba lo hacía por el mero espíritu de contender, sin dádivas de por medio.

La casa del polo en París

Coubertine propuso una serie de torneos, Alfred Picard otros, pero fue Daniel Merillon, quien agregó al programa las disciplinas ecuestres. Así, el Campo de Polo de Bagatelle, en el Bosque de Boulogne, inició el primer torneo de polo de la justa, con equipos combinados que en vez de llevar el nombre de sus naciones, se bautizaron como equipos profesionales: Foxhunters: Estados Unidos con Inglaterra; Rugby: Francia con Inglaterra; Bagatelle: Francia con Inglaterra y Norteamérica: México y Estados Unidos.

El torneo, que duró tres semanas, se jugó en round robin (todos contra todos). Pero en las semifinales, Foxhunters perdió 6-4 ante Bagatellel; mientras Rugby superó 8-0 a Norteamérica y aunque la final se compitió el 29 de marzo, se asignaron los bronces a los dos perdedores, sin que debiesen enfrentarse entre ellos, pues así dicta el protocolo de este deporte.

Sin embargo, en el conteo oficial de aquella justa, no se consideró este resultado. Una de las teorías fue que el torneo se realizó con equipos y no con Selecciones Nacionales; aunque no se les reconoció en el medallero, los polistas sí obtuvieron un premio. En aquellos Juegos, de precaria situación financiera, no se entregó, como es ahora, medalla de oro plata o bronce, sino aportaciones privadas para conceder a los ganadores, desde juegos de pipas, hasta boquillas. Al equipo mexicoamericano se le dio una charola de plata de la que hoy no se sabe nada.

Los hermanos Escandón nunca se cambiaron de nacionalidad. Después de aquellos Juegos, Pablo fue Jefe del Estado Mayor y traductor de Porfirio Díaz en su entrevista con el presidente estadounidense William Howard Taft; luego fue gobernador del estado de Morelos. Manuel y Eustaquio se dedicaron a atender negocios en Francia y España, donde Manuel fue un gran promotor del polo. El estadounidense William Wright, el cuarto integrante de aquel equipo, era socio de los hermanos en sus negociaciones por Europa.

Para la edición de Berlín 1936, México regresó al podio olímpico en el polo, de nueva cuenta con el bronce, pero esta vez como equipo con Juan García, ANtonio Nava, Julio Müller y Alberto Ramos y fue la última edición en la que se realizó esta disciplina hípica.