Mujer y Deporte, REPORTAJES

La Reina de la Voluntad

Para escribir su historia no busca ganar una medalla. Su camino se ha trazado en el valor de la voluntad y es gracias a ella que la mexicana Pina Flores busca establecer el Récord Guinness como la persona que acumula más participaciones en Juegos Olímpicos al fungir de voluntaria; un trayecto que inició en los Juegos de México ‘68 y que culminará en París 2024.

“Yo estudié en la Escuela Nacional de Educación Física. Era muy estudiosa y así, por escalafón, a los mejores promedios nos pidieron que fuéramos voluntarios en los Juegos Olímpicos. No entendía muy bien qué íbamos a hacer, pero ahora puedo contar que Bob Beamon casi casi me despeinó cuando saltó porque ¡tuve la suerte de estar ahí!

“Ahora voy a hacer mis doceavos Juegos Olímpicos como voluntaria. Soy muy afortunada de que me eligieran y me hace más feliz por que los Juegos regresan después de 100 años a Francia, donde nació el Barón Pierre de Coubertin, fundador de los Olímpicos Modernos y porque mis abuelos nacieron allá”, comentó Pina.

Aquella jovencita vivió su primer voluntariado olímpico y atestiguó no solo el Récord Mundial que Bob Beamon rompió en Salto de Longitud (8.90 metros), también vio el icónico ‘Black Power’ en el podio de los 200m con los estadounidenses Tommie Smith y John Carlos, más el australiano Peter Norman, en protesta contra las diferencias étnicas y cuya historia puedes conocer aquí); o al icónico John Stephen Akwari, último lugar en el maratón de México ’68.

Si eso era “poco”, dos años después, para graduarse como Maestra en Educación Física, hizo voluntariado en la Copa del Mundo de la FIFA México ’70. “Mi generación fue muy linda, nos tocaron momentos históricos para el mundo y de hecho mi anillo de graduación tiene grabado por un lado los aros olímpicos y al otro lado la Copa Jules Rimet. Somos privilegiados los de esa generación que estuvimos en los dos eventos deportivos más importantes que existen”, comparte Pina.

Tras esa experiencia futbolística, guardó sus recuerdos olímpicos y mundialistas y viajó a Alemania, para iniciar una maestría, pero a su salón escolar tocaría de nueva cuenta la atmósfera de los Juegos.

“Estaba en clase y entró alguien diciendo: “Necesitamos personas de habla materna española” y éramos solamente una salvadoreña y yo. Levantamos la mano y resultó que ¡nos querían como voluntarias en los Juegos Olímpicos de Munich ‘72! Me la pasé en la Villa Olímpica. Fueron momentos tan hermosos, que allí mismo me prometí ir a todos los Juegos Olímpicos posibles como voluntaria”.

Esa promesa a sí misma no era tan fácil de lograr. El Comité Organizador de cada edición de los Juegos hace una convocatoria y elige a quienes cuentan con cualidades para apoyar en labores, sin horario fijo y sin sueldo.

Base de los Juegos

El voluntariado es parte esencial operativa de los Olímpicos. Sin ellos, el evento no se realizaría, pues asisten a: atletas, visitantes, Direcciones Técnicas de cada deporte, federativos, funcionarios o reporteros…sin recibir sueldo. Si son seleccionados para colaborar en los Juegos, pagan su traslado aéreo y su estancia.

Pina se convenció de que, si lograba pasar los filtros, ahorraría por cuatro años para cubrir sus gastos. Así ha conocido: Seúl, Barcelona, Atlanta, Sidney, Atenas, Beijing, Londres y Río de Janeiro, siguiendo la estela del olimpismo.

“Yo trabajaba cuatro años: dos años ahorraba para el avión y los otros dos para pagar mi hospedaje por 21 días y al país que voy, por cuatro años estudio el idioma: ya aprendí griego, ya se hablar francés, inglés, alemán, chino…sí estudié japonés, pero por la pandemia no dejaron ingresar voluntarios extranjeros a los Juegos de Tokio 2020…¡pero lo bueno es que ya hablo nueve idiomas!”.

Pina solo “faltó” a los Juegos de Montreal 1976 y a Los Ángeles 1984 “porque estaba estudiando y no tenía dinero para el avión y el hospedaje, pero la verdad ser voluntaria es mi vida”, agregó la mexicana.

Locuras de idioma y confección

Muchas son las anécdotas en 12 experiencias olímpicas, pero entre las más surrealistas e hilarantes Pina conserva dos:

“Una vez, en Grecia, me tocó ir al aeropuerto por los presidentes de federaciones internacionales y me dicen: “tienes que ir por el señor tal, del deporte tal” y tenía un apellido como alemán, así que lo recibí, lo saludé en alemán y trabajé como su asistente personal.

“Un día me dice: “Tengo dos boletos porque van a develar un póster de Queta Basilio, que fue la primera mujer del mundo que encendió un pebetero olímpico, ¿me quieres acompañar?”. Le dije que si “…pero, oiga: qué raro que lo inviten a usted a ese evento, si usted no es de México” y me contestó: “¡Pero si yo sí soy mexicano!” Y le contesté “¿¡Pues qué no me ve el nopal en la cabeza!?” ¡Ya llevábamos tres días hablando los dos en alemán y los dos somos mexicanos!”, recuerda.

Pero esa eventualidad fue solo el preludio de otro episodio: “Para ir al evento de Queta Basilio me dijo: “¿No sabes quién le pueda subir el dobladillo a este pantalón?” Y pues yo con toda la amabilidad posible le dije: “Ah no te preocupes, yo se lo subo”. Me da su pantalón y cuando le voy pasando la tijera, pues resulta que ¡le corté toda la otra pierna! ¡No! ¡Eso ya no tenía remedio!…y cuando vi la marca: ¡Hugo Boss! Pues ahí voy a buscar a las tiendas de Atenas ese pantalón y me acuerdo bien que era talla 34 porque en la tienda solo había 32 y pues le tuve que llevar ese…claro que allí mismo ya le arreglaron el dobladillo. Se lo di, se lo puso y me dice “oye yo creo que engordé, porque me quedaba bien el pantalón y ahora me aprieta”, y solo le dije: “si yo creo que la comida de Grecia es muy grasosa”, porque ni cómo contarle toda la historia”, agrega entre risas.

El voluntariado olímpico que comenzó como requisito escolar en México ’68 vio el último capítulo de la vida de Pina en París 2024. “Es algo muy noble, que me gusta hacerlo. Es una felicidad incalculable. Es una cosa que te debe de salir del corazón, porque eso de que no te paguen y que a las 2:00am termines una jornada, apoyar y dar lo mejor de ti siempre es algo para lo que tienes que tener una vocación enorme”, agregó Flores, quien además ha ido a siete Copas del Mundo de la FIFA y seis Juegos Panamericanos, bajo la misma función.

Por el Guinness

Después de participar en París 2024, Pina busca registrar su historia en el Récord Guinness como la persona con más participaciones en el voluntariado de los Juegos Olímpicos, pues sus 12 ediciones sumando esfuerzos para apoyar el desarrollo de la justa, nadie en el mundo las iguala. 

“Tengo entendido que hay que demostrar pruebas de tu voluntariado y además hacer un registro. Yo tengo todas tus mis acreditaciones, son como mi tesoro. Luego haces la solicitud y tengo entendido que tiene un costo como de 200 mil pesos. Quisiera pedir un donativo para que me apoyen y cooperen a que pueda lograrlo y hacer a todos parte de este Récord”, agregó la más experimentada voluntaria olímpica del mundo.

Mujer y Deporte, NOTICIAS

México: Tiro con Arco va por mejorar su actuación olímpica en París 2024.

México busca una actuación histórica en el tiro con arco de los Juegos Olímpicos de París 2024. Según el entrenador Miguel Ángel Flores, México tiene una nueva generación que puede estar en el podio de la justa.

“La expectativa es buena, el pronóstico es bueno. Se han desempeñado bien hemos visto que se desempeñan bien bajo presión y consideramos que se puede dar un gran resultado. La posibilidad (de ganar medallas) existe, es real y vamos a esperar el momento para que se dé, hemos trabajado fuerte los entrenadores y el equipo multidisciplinario, es un trabajo muy fuerte, tenemos números para pelear y si todo sale bien en el momento correcto podemos esperar grandes resultados”, comentó Flores en entrevista telefónica desde Nimes, Francia, donde la Selección Nacional realiza su último campamento de preparación, previa a los Olímpicos.

México es el único país de América que llega con equipo completo a París 2024, algo que solo siete naciones del mundo lograron en estos Juegos y que nuestro país consuma por tercera vez en su historia (antes en Munich 1972 y Londres 2012), pues cuenta con tres mujeres y tres hombres que competirán en las pruebas: individual y equipo, de cada rama, además de la posibilidad de contender en el equipo mixto.

Figura la sonorense Alejandra Valencia, una de las líderes de la Delegación Mexicana, quien vive sus 4tos Juegos Olímpicos y llega como medallista olímpica de bronce en equipo mixto de Tokio 2020 -al lado de Luis Álvarez-. Valencia Trujillo ganó el año pasado la medalla de plata en la prueba individual, en los Campeonatos Mundiales de Tiro con Arco, además de ganar una cardiaca medalla de bronce en equipo femenil (presea que le dio a México la plaza olímpica), en la que la última flecha se fue a revisión de jueces, en partido contra Países Bajos.

En el equipo clasificaron las atletas de Coahuila: Angela Ruiz y, después de retirarse por más de un año a causa de una lesión, Ana Paula Vázquez.


Desde Nimes, Francia, el entrenador Miguel Ángel Flores habla de las posibilidades reales de México en los Juegos Olímpicos de París 2024.

Mientras que en el varonil, lidera el Subcampeón Panamericano De Santiago 2023 Matías Grande, quien a mediados de junio pasado, al lado de Carlos Javier Rojas y Bruno Martínez Wings, ganaron oro en el Clasificatorio Olímpico Mundial, superando a una de las potencias mundiales: Corea del Sur y en los casos, tanto de Matías como de Bruno, ambos han logrado este año sus mejores scores personales: 695 de Grande y 663 de Martínez Wings.

“El que mejoren sus scores te da un parámetro de lo que puedes esperar a la hora de la verdad. Para muchos, la mayoría, salvo Ale (Valencia) y Ana Pau (Vázquez), todos debutan en Juegos Olímpicos y aquí cuenta el impacto emocional y del escenario; esperemos que reaccionen bien. Nos ayuda que tienen la experiencia de Mundiales y Panamericanos, pero nada te prepara para unos Olímpicos, más que unos Olímpicos”, agregó el entrenador, quien en el campamento en la ciudad francesa afina los últimos detalles del equipo femenil, en conjunción con el técnico Alejandro Vélez, quien dirige al grupo varonil. 

El tiro con arco le ha dado a México tres medallas olímpicas: la plata de Aida Román y el bronce de Mariana Avitia ambos en Londres 2012, con el bronce de Alejandra Valencia y Luis Álvarez en la debutante prueba de equipo mixto en Tokio 2020.

En París 2024, el tiro con arco será de los primeros deportes en iniciar competencias. Un día antes de la Ceremonia de Inauguración, el 25 de julio,  se realizará la ronda de clasificación, la fase más importante de la competencia, en la que cada uno de los 64 arqueros tirarán 72 flechas a 70 metros de distancia de la diana; de acuerdo a la sumatoria que obtengan se establecerá el acomodo del ranking individual y por equipos, además de determinar el ranking en el equipo mixto y éste a su vez determina el orden de los partidos, hasta llegar a las medallas.

El tiro con arco se realizará del 25 de julio al 4 de agosto en la Explanada de los Inválidos y los arqueros mexicanos asistirán a la inauguración de los Juegos, que será la primera para Alejandra Valencia.


Mujer y Deporte, OPINIÓN

¿Por qué (dicen que) no «vende» el deporte femenil?

Hasta hace unos meses, cuando se presentó en México una iniciativa legislativa para que las mujeres, deportistas profesionales, reciban mejores sueldos, el primer límite fue el prejuicio: “el deporte femenil NO vende”. No parece cierto; parece más bien que el deporte profesional en México está en una “zona de confort”, donde no encuentra, o no quiere encontrar, cómo hacerlo rentable.

En noviembre pasado, cuando el Senado de la República propuso la equidad salarial en el deporte, el tema encendió las alertas amarillas, pues de no hacerlo podrían violentarse esas reformas a la ley y esa sola posibilidad hizo que una simple propuesta de reforma se discutiera informalmente en los pasillos de diversas ligas mexicanas. “¿¡Cómo pagarles lo mismo!?”. «¡Imposible! Ellas no “venden” lo que vende el deporte varonil!”.

Fue desde las Comisiones de: Trabajo y Previsión Social, de Igualdad de Género y Estudios Legislativos que se planteó la idea. NO se trata de que, por ejemplo, una mujer futbolista en México gane lo que percibe el francés André-Pierre Gignac, delantero de los Tigueres (sí “Tigueres”) de la UANL; sino que exista un salario base mínimo y, si cada Club lo desea, pueda dar bonos o estímulos a figuras destacadas, sin importar su género.

Mariana Gutierrez, Directora de la LigaMX Femenil, fue la primera en admitir la deuda histórica con el deporte profesional femenil, y agregó el deseo de “ser incluidos en el debate público y ser escuchados en el Senado porque solo así se podría diseñar una ruta de acciones congruentes para hacer viable esta equidad salarial”, según suscribió en un comunicado.

Si bien, en el torneo femenil de la Liga Nacional de Baloncesto Profesional (LNBP), hay salarios muy competitivos, las jugadoras no ganan lo que la mayoría de los hombres (amén de que el grueso de las basquetbolistas de este circuito son extranjeras y hay menos oportunidades de desarrollo deportivo-laboral para las mexicanas pero, eso es otro tema).

En México existe la LigaMx Femenil de Futbol desde el año 2017, con equipos para mujeres emanados desde los clubes varoniles ya existentes en la LigaMx; entre ellas hay jugadoras que hoy en día (¡seis años después de la creación del circuito!) aún reciben 2 mil 500 pesos mensuales por paga.

¿Por qué sucede esto? ¿En verdad el deporte femenil no vende? ¡Falso! ¡Todo es susceptible de venderse!…pero hay que saber a quién venderle qué.

En específico, la estructura de venta del futbol femenil profesional en México es casi la misma que la del varonil. Un sinsentido pues, al parecer, se le está vendiendo deporte femenil a los hombres. 

Incluso una de las primeras trabas que encontraron las mujeres futbolistas al llegar al profesionalismo en México fue la cosificación: muchas jugadoras cobraron fama por sus torneados cuerpos y no por su nivel o sus jugadas ¿por qué? El discurso fue errático y aunque se redujo, no para.

Un ejemplo drástico y extradeportivo, en contraparte, sería tratar de venderle toallas sanitarias a los hombres. Así de sinsentido es la conclusión de decir que el producto “deporte profesional femenil” no vende. ¡Claro! porque se le vende al nicho que lo consume poco y en algunos casos no por el deporte en si, sino por ver la belleza de sus jugadoras. Hoy en día son especialmente las mujeres más aficionadas al futbol las que lo siguen pero ¿si la estrategia salieran más allá de las chicas futbolistas que sueñan llegar a la LigaMx Femenil?

Vestir ésta y otras ligas profesionales de deportes para ellas con marcas que compran ellas lo haría más susceptible de ganarse nuevas fans y más ingresos. ¿O acaso no señalan a las mujeres por ser compradoras compulsivas? ¿Qué pasaría si esos productos que tanto consumen ellas vistieran al deporte: maquillaje, ropa, artículos de belleza, joyería, artículos para el hogar,…¡hasta Shein podría estar en el spot del deporte femenil! Con esas estrategias de marketing y jugadoras talentosas y lindas, sería menos difícil. Solo hay que apuntar hacia otros perfiles de consumo, porque mujeres que gusten del deporte, hay muchas…y la que escribe es una.

Mujer y Deporte, REPORTAJES

Cecilia Tamayo: La alumna del ‘Hijo del Viento’

Su mayor placer es sentir el intenso palpitar del corazón y el vértigo en el estómago. Cecilia reposa cada spike en el block de salida, se inclina, acomoda sus manos, inhala profundo y mientras exhala visualiza el proceso de su momento favorito: correr a máxima velocidad.

“Me gusta mucho la adrenalina que siento en la carrera, que mi corazoncito esté latiendo a toda velocidad, siento que me va a dar una taquicardia…¡y me encanta!”


Cecilia Tamayo
Velocista mexicana

Cecilia ha roto en tres ocasiones el Récord Mexicano de 200m, la última vez el 14 de mayo de este año: paró el reloj en 22.45 segundos en el American Athletic Conference Championship y esta marca le dio la clasificación a los Campeonatos Mundiales de Atletismo de Budapest 2023. Todo gracias a esfuerzo y disciplina constante, acompañados de la guía de una leyenda mundial: el nueve veces Campeón Olímpico Carl Lewis, a quien el mundo vio volar en el tartán y por ello le bautizó como ‘El Hijo del Viento’.

“La verdad admiro mucho a mi entrenador. No solo por su carrera deportiva. Lo veo en el día a día, el cómo es, cómo nos trata a sus alumnos, cómo nos cuida y nos regaña. Es muy admirable y más porque podría estar haciendo otra cosa de su vida: dedicarse a salir en la tele y aprovechar su fama, pero no, sigue dedicando su tiempo y su vida a transmitir sus conocimiento, entrenar a las nuevas generaciones y me honra mucho ser parte de esas nuevas generación que podemos aprender de él”, comentó sonriente Tamayo.

La mexicana ha compartido con Lewis tantas temporadas, que ha conocido la personalidad del hombre que además ganó diez medallas del orbe; las primeras de ellas, 40 años atrás: tres oros en los Campeonatos Mundiales de Atletismo de Helsinki 1983 (100m, 4x100m y salto de longitud).

“Es todo un personaje, debo de admitirlo. Es una persona muy enfocada de la que se puede aprender mucho; te va a corregir y regañar cuando no lo hagas bien. De repente es un poco gritón (risas), no lo voy a negar, pero tiene un amplio conocimiento que me ha ayudado a crecer un montón y lo que más me gusta de entrenar con él es que busca mantenerte enfocado en la meta que estás buscando. Es muy claro en ello y me gusta mucho esa cualidad”, compartió la atleta de 26 años de edad.


Constructora de velocidad

Si bien, Cecilia probó las mieles de muchos deportes, como: futbol, gimnasia o natación, el atletismo se convirtió en el ‘fuego’ que detonó la pólvora en su corazón.

“Así como muchos sienten esa pasión por anotar un gol, para mi desde que sentí esa adrenalina, esas ganas de buscar mejoría, de querer superarme a mi misma, fue algo increíble. Todo eso me hizo enamorarme del atletismo”, confiesa la velocista.

De entre los 25 eventos atléticos disponibles en pista y campo para ella, eligió los dos más explosivos: 100m y 200m, hasta descubrirse como una constructora de velocidad nata.

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Es el lugar que hasta ahora ocupa Ceci Tamayo en 200m, en lo que lleva la temporada mundial 2023 avalada por World Athletics.

“Soy una corredora que construye su velocidad en la carrera. Según estudios, la máxima velocidad que un ser humano alcance la puedes mantener un segundo y después de eso comienza a desacelerar pero, hemos visto que tengo una gran resistencia a la velocidad; es decir: a que una vez que construyo mi velocidad, puedo mantenerla por un poco más de tiempo y hasta sentir que estoy acelerando en lugar de decaer.

“En los 200m, al salir de la curva, aún quedan 100m que para mi son muy fuertes, porque en la recta tengo para mantener esa fuerza y seguir con las técnicas para cerrar hasta la meta”, explica la atleta.

Cecilia ya logró la marca a los Campeonatos Mundiales de Atletismo de Budapest, Hungría en la prueba de 200m y buscará cubrir el crono también en los 100m, pero en verano, cuando inicie la ventana de clasificación a los Juegos Olímpicos de Paris 2024 (del 1º de julio del 2023 al 30 de junio del 2024), también buscará superar las marcas y llegar a la magna justa francesa.

En 100m, Ceci tiene como mejor marca de temporada 11.35s (con viento legal) y su mejor crono personal en el hectómetro es de 11.21s hecho en 2021.

“Esos tiempos son verdaderos retos para muchos atletas, pero la verdad está entre mis planes superarlas. Busco competencias con buen nivel para estar en el ranking por puntos de World Athletics, pero también sé que esas marcas son factibles de lograr”.


GO COUGARS!

Cecilia estudia Ingeniería en Sistemas Computacionales en la Houston University y viste los colores de los Cougars,.

“Me gusta la logística, las matemática y los retos de programar. Vi varios programas de distintas Universidades; antes de tomar la decisión hablé con varios entrenadores y me gustó mucho el programa de Houston, me identifiqué mucho con su proyecto y su proceso de desarrollo”, compartió la atleta, que antes de correr en el Mundial húngaro, representará a México en los Juegos Centroamericanos y del Caribe de San Salvador 2023 y buscará también su boleto a los Juegos Panamericanos de Santiago de Chile.

“Me siento muy feliz de regresar al atletismo y estar en un momento fuerte, en el que siento que voy en una dirección correcta hacia lo que quiero llegar para cumplir mis metas”, expresó la atleta, pues desde los Juegos Olímpicos Juveniles de Nanjing 2014 no formaba parte de una Selección Nacional.

“Para mi Nanjing 2014 fue un cambio total. Verme en un estadio olímpico, que mi esfuerzo había valido la pena para llegar a este punto, que estaba lista para competir con las mejores y decir ‘así me quiero ver, pero en unos Juegos Olímpicos de grandes’ fue mi motivación”, recordó la nacida en Guanajuato, quien desde Texas admite entre sus añoranzas, la familia y en especial, la gastronomía.

«La comida es lo que mas extraño. La familia también pero si extraño un buen mole rojo…y también los tacos, porque en Houston no son iguales”, admite sonriente.

Cecilia regresará a la pista, a poner sus spikes en los blocks de salida, a escuchar las instrucciones de una leyenda que le aconseja, a sentir el corazón acelerado y al escuchar el disparo de salida saldrá a construir su máxima velocidad por el mayor tiempo posible, hasta llevar sus piernas a la máxima frecuencia y el cronómetro a sus límites, siempre en busca de poner el nombre de México entre lo más selecto y veloz del atletismo en el mundo.

Mujer y Deporte, REPORTAJES

Palmira Martínez: demoledora de barreras y creadora de sueños.

Palmira Martínez nació con discapacidad visual y a causa de esa condición creyó por años que el destino no tenía nada qué ofrecerle; pero hoy es ella quien le da lecciones a la vida y este lunes correrá el major más importante del mundo: el Maratón de Boston.

“La discapacidad es una gran maestra que me ha enseñado mucho. Me ha dado el empuje para saber que puedo correr y lograr todo lo que me proponga; puedo llegar muy lejos con este desafío de romper paradigmas”

Palmira Martínez
Maratonista ciega
Este es el número con el que correrá la mexicana.

“Cuando llegué a la meta del Maratón de la CDMX del 2022, me dijeron mi tiempo (4:13.54 horas) y supe que había calificado al Maratón de Boston. Es un sueño que jamas pensé lograr. En su momento me despertaba y decía “¿de verdad voy a ir a Boston?”. Es algo muy grande para mi y estoy muy motivada a dar lo máximo”, compartió sonriente Palmira, que en Massachusetts vivirá el décimo maratón de su vida y el primero fuera del país.

APOYO MÚLTIPLE

Palmira entrena con la ayuda del entrenador Roberto Vázquez y el guía Gustavo Cruz, también con la asistencia del Club de Corredores Halcones, especializado en entrenar a corredores ciegos y débiles visuales.


Su camino como corredora inició a sus 39 años de edad, en 2011, cuando en un concurso de una estación de radio ganó cortesías para una carrera de ruta de 5 kilómetros.

“Empecé a trotar con mi hermano y cuando gané esos pases y corrimos, lloré como no tienes idea cuando llegué a la meta porque había logrado algo que nunca imaginé. Desde ese momento dije “quiero seguir corriendo y sentir de nuevo esta alegría, esta satisfacción al lograr una meta”. Me emociono mucho al recordarlo porque descubrí que yo soy de este mundo de las carreras”, confesó la corredora de 50 años de edad.

Lograrlo fue difícil, no solo por el esfuerzo físico, sino por los años de crecer entre limitaciones, prejuicios y barreras sociales.

“Yo nací con malformación del nervio óptico y hubo una etapa en la que eso paralizó mi vida. Estudiaba la primaria en una escuela regular y recuerdo que al salir la directora le dijo a mi mamá “Su hija no puede seguir estudiando. Llévesela a su casa y mantenga allí porque ya no hay mas para ella”. Yo pensé que así era.


“Me quedé en casa, creyendo que no había más para mi, prácticamente cuando empecé a correr tuve un despertar y descubrí que tengo muchas habilidades, que una discapacidad no iba a encerrarme
, compartió Palmira, con una sincera sonrisa vestida de un labial rojo carmesí.

Correr la llevó a nuevos destinos pero también a nuevos retos y así detonaron sus talentos: aprendió computación, otro idioma y se certificó como coach de vida y de entrenamiento en liderazgo.

“Acepto mi discapacidad y vivo con ella, pero también me empuja a dar lo mejor. Tal vez me cueste más trabajo, tal vez lo haga más lento, pero lo que me proponga lo voy a lograr. Muchas veces nos resignamos a decir “no hay de otra, no puedo”, pero al cruzar esa primera meta en mi primer carrera me dije: “¿¡cómo no voy a poder!? ¡Claro que puedo!” Hoy no veo mi discapacidad como barrera, sino como motivación”

Palmira Martínez, maratonista mexicana

Palmira ya se encuentra en Estados Unidos, lista para descubrir con qué nueva hazaña va a sorprender a la vida.


PALMIRA MARTÍNEZ CÁRDENAS
Edad: 50 años
Lugar de nacimiento: Ciudad de México
Ocupació: Coach de vida, fotógrafa, artista plástica y maratonista.
Logros: Ha ascendido al podio en pruebas de maratón y 21k en México.


Más mexicanos en Boston


Palmira no será la única corredora ciega de México en el Maratón de Boston, con ella también participarán: Mariel Salas, Héctor Martínez y Francisco Hernández. Este es el primer equipo mexicano de corredores ciegos que competirá en el 42km más antiguo del mundo, pues vio su primera edición el 19 de abril de 1897 y tanto Palmira como Mariel son las primera mujeres con discapacidad visual que llegan al major más importante del orbe.


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La indómita Pilar Roldán

Fue una adelantada a su tiempo. Una innovadora, precursora y pionera de muchos sucesos inéditos. Sus contextos la llevaron entender que el deporte no era un pasatiempo ni un lujo, sino un recurso tan esencial como el agua. Pilar Roldán ya era esposa y madre de dos pequeños cuando se convirtió en la primera mujer de México que subió a un podio olímpico, en una época que juzgaba a las mujeres deportistas, en un deporte sin tradición nacional, en un entorno administrativo que dudaba de sus capacidades…pero todo ello en vez de impedimento se volvió una vitamina que nutrió cada uno de sus días de esfuerzo.

Deportista desde antes de nacer

Aun no nacía Pilar y ya estaba destinada la deporte. Su padre, Ángel ‘El Güero’ Roldán, fue uno de los mejores tenistas de México y su madre, María ‘La Chata’ Tapia, fue medallista en los Juegos Centrocaribeños de San Salvador 1935. A los seis años tomó su primer raqueta, luego leyó ‘Los Tres Mosqueteros’ de Alejandro Dumas y jugaba a duelos imaginarios con la nada, pero la diversión se tornó en deseo y pidió a sus padres que le permitieran incursionar en la esgrima. El entrenador italiano Eduardo Alajmo le enseñó los fundamentos de tirar con florete; pronto, Pilar contagió su pasión a sus padres y su hermana menor Lourdes.

Comenzaba en este deporte de combate, cuando cerca de cumplir 15 años vio a su mamá ganar dos medallas de plata en el tenis de los Juegos Centroamericanos y del Caribe de 1954. Esa era la naturaleza de la familia, para Pilar lo normal era ser una mujer de crecimiento integral: madre, deportista, competitiva y exitosa. Meses después ella misma representó por vez primera a México en los Juegos Panamericanos de 1955, que se inauguraron en la recién construida Ciudad Universitaria de la Universidad Nacional Autónoma de México y donde su mamá contendió como tenista, pero su padre y ella lo hicieron como esgrimistas.

FAMILIA ÚNICA

En esos Juegos Panamericanos de 1955 fue la primera y hasta ahora única vez que padres e hija representan a México en un evento de ciclo olímpico.

Su padre fue un guía innovador que iluminó su crecimiento deportivo. Sus consejos, su apoyo, su conciencia de entender que ni el esfuerzo ni la victoria tienen género, centraron las bases de su vida.

En la justa continental Pilar llegó invicta y venció a la finalista olímpica de Helsinki 1952  Maxime Mitchell de Estados Unidos, pero después vivió su primera derrota ante la venezolana Ingrid Sanders. Finalizó 4ª. Nada mal para el debut de una quinceañera en unos Juegos Panamericanos.

Melbourne 56: Su debut olímpico

Un año después, Pilar clasificó a los Olímpicos de Melbourne, Australia, los primeros donde se usó el toque electrónico. Roldán Tapia llegó a semifinales tras cuarto victorias y se ubicó en 10º puesto, pero lo que más saboreó fue ganarle un asalto a la experimentada británica Lillian Scheen que al final del torneo se llevó el oro de los Juegos.

Pilar continuó su vida entre floretes, caretas, guardias y audaces ataques y tras una serie de competencias en el extranjero (que costeó su padre por varias temporadas), Pilar construyó un prestigio en Europa y Estados Unidos y conquistó el oro en los Juegos Panamericanos de Chicago en 1959. Al año siguiente, en los Olímpicos de Roma 1960 dirigió a la Delegación Mexicana como abanderada del equipo y finalizó 8ª en el torneo.

Al regresar de Italia se casó con Edgar Giffenig. En 1961 se convirtió en mamá y de nueva cuenta se encontró con un apoyo sin precedentes para la época: para entrenar en las mañanas, su esposo cuidaba a su hijo, un solidario gesto que rindió frutos, pues Pilar ganó plata individual y con su hermana Lourdes ganó plata en la prueba por equipos de los Juegos Centrocaribeños de Kingston, Jamaica en 1962.

En 1963 nació su hija Ingrid. Pilar mantenía vivo el sueño olímpico con el apoyo familiar y el esfuerzo diario. Alternaba su vida como mamá y esgrimista, enfocada en tocar el podio olímpico en Tokio 1964, pero se encontró con una incongruencia: a unos días de partir le informaron que no fue inscrita. Busco al entonces presidente del Comité Olímpico Mexicano, José de Jesus Clark Flores, quien le dijo, según recuerda Pilar, que “no tenía calidad para ir”…aunque ya era una de las más prestigiosas floretistas del circuito internacional.

En vez de derrumbarse, aquella frase detonó sus más profundos deseos de poner al descubierto su inquebrantable valía.

Pilar se preparó por más de mil 400 días y en medio de esa mejora continua, recuperó el cetro del florete femenil en los Juegos Panamericanos de Winnipeg 67.

México 68: La mamá que tocó el podio

Al año siguiente, México recibió los Juegos Olímpicos de 1968. Pilar fue nominada para ser la última relevista del Fuego Olímpico en la Ceremonia de Inauguración, sería la primera mujer del mundo que encendería el pebetero olímpico, pero declinó el honor para dedicarse íntegramente a su competencia, que iniciaría cinco días después de arrancar la justa. Era el 19 de noviembre. Pilar tenía 29 años y dos hijos de 5 y 2 años cuando llegó a la Sala de Armas ‘Fernando Montes de Oca’ con 37 competidoras más.

Entrenada por el polaco Jerzy Buczak, Roldán fue sembrada en el Pool 5. Debía enfrentar a seis floretistas y las cuatro que obtuvieran los mejores resultados clasificarían a la siguiente fase. La mexicana ganó cinco de seis partidos (dio 22 toques y recibió 16) para clasificar a la siguiente fase en segundo sitio, detrás de la rumana, medallista mundial, Ecaterina Stahl-Iencic. Esa misma tarde, en la segunda ronda, Pilar terminó 2ª de su grupo con 3-2 y pasó a la gran final.

Pero para David Romero Vargas, entonces presidente de la Federación Mexicana de Esgrima, aquello no era indicativo de nada. “¿Una medalla? No. ¡Imposible! No hay que hacerse ilusiones”, dijo, tras ver a Pilar hacer historia. Ella encontró en esas frases una nueva ‘vitamina’.

La mañana del domingo 20 de octubre, era crucial. A la primera derrota, quedaba fuera del torneo. En el primer combate venció por 2-0 a la húngara, Campeona Olímpica por equipos, Lídia Dömölky, en la segunda a la italiana, medallista mundial, Giovanna Masciotta y logró algo tan inédito como anhelado: ¡estaba en la final!

En el Pool Final Pilar enfrentaría a: la Bicampeona Olímpica Ildiko Rejto de Hungría, a la francesa, medallista mundial, Brigitte Gapais, la sueca Kerstin Palm y las soviéticas Campeonas Mundiales por equipos Yelenda Novikova y Galina Gorokhova.

Por la tarde, el primer duelo sería ante la soviética Novikova. Pilar esperaba en la pista al inicio del duelo, pero Yelena no llegaba. Al parecer el tráfico desde la Villa Olímpica hacia la ciudad Deportiva ‘Magdalena Mixhuca’ mermaban el camino de Novikova. Mientras tanto, en pista, los jueces le anunciaron a Pilar que, por regla, le darían el triunfo por default, pero la mexicana se negó. Pidió a los jueces esperar a su rival, pues un triunfo sin esfuerzo no sería digno ni loable. Novikova llegó tarde y en un aguerrido duelo, superó a Roldán…pero el gesto de la mexicana tuvo sus recompensas décadas después.

En los Olímpicos mexicanos Novikova cerró la contienda final con cuatro victorias y una sola derrota y Pilar con 3-2, empatada con la húngara Rejtó, el criterio de desempate fueron: Toques dados/Toques recibidos: la mexicana hizo 17/14 y la húngara 14/16.

Contra los pronósticos ajenos, contra un falso criterio de ‘falta de calidad’ y de ‘no hacerse ilusiones’, pero acompañada por el apoyo y la filosofía de esfuerzo de sus padres, su esposo y sus hijos, después de 14 años inmersa entre pistas y floretes olímpicos, Pilar Roldán, la esposa y madre de 29 años de edad, se convirtió en Subcampeona Olímpica en su propia casa, la primera mujer de México con una medalla olímpica sobre su pecho.

Pilar nunca dejó la esgrima, aunque fuera de manera recreativa. Nació su hija Sandra y dedicó su vida a apoyar el desarrollo de sus tres pequeños, pero una vez que fueron grandes regresó de lleno a la pista y con ese deseo, de nueva cuenta se volvió pionera: En 1984 Pilar fue la primera mujer del país que dirigió un organismo deportivo, al ser presidenta de la Federación Mexicana de Esgrima y a la par entrenó, compitió y clasificó a los Juegos Panamericanos de Indianapolis 1987; casi 20 años después de convertirse en la primera mujer medallista olímpica de México, ganó la presea de bronce en la prueba por equipos del florete femenil, en la justa continental y al año siguiente culminó su administración como dirigente de la esgrima nacional.

Para todo eso me sirvió el deporte: me educó, me formó, me permitió realizarme como mujer, me permitió representar a mi país y sentirme muy orgullosamente mexicana al hacerlo»

Pilar Roldán. Subcampeona Olímpica de Esgrima y primera mujer de México con una presea olímpica.

Una medalla, 28 años después del logro olímpico

Respecto a aquel gesto que en México ’68 tuvo con Novikova: siete años después de su retiro, en 1995, el Comité Internacional del Juego Limpio le entregó a Pilar una medalla en reconocimiento por su ética y su valor extradeportivo, al darle la oportunidad a su rival de ganarle en la pista, aunque pudo elegir superarla por default y con ello habría accedido al oro. Con ese reconocimiento, Roldán Tapia se convirtió también en la primera persona de México que recibió la Medalla al Fair Play.

El brillo de aquel podio olímpico fue un resplandor con el que Pilar abrió el camino para que más mujeres encontraran, en sus propias pistas, el orgullo de lograr las victorias de sus propios combates.

Mujer y Deporte, REPORTAJES

Maratón de Nueva York: Una conquista a ciegas.

El húmedo aroma del bosque se entremezcla con la fría mañana y Martha ya acumuló más kilómetros en las piernas. Será la primera mujer ciega de México que corra el Maratón de Nueva York y se alista para hacer de lo inédito, algo extraordinario.

“Esto es algo que puede hacer visibles tres condiciones que vivo: la discapacidad, mi género y mi edad porque a mis 58 años me animo a hacerlo. ¿Qué necesito? Entrenar: lo estoy haciendo, recursos: los estamos buscando, con eso lo voy a lograr y qué mejor: ¡representando a México!”, comparte Martha Beatriz tras culminar el entrenamiento en el Bosque de Chapultepec, algo que en su vida, antes de llegar al gremio de la discapacidad, no hizo nunca.


“Tengo 14 años en la discapacidad y anteriormente yo no corría, pero al verme sin hacer nada mi condición de salud era muy deplorable; empecé a correr y a sentir mejoría en mi cuerpo: hoy no tomo tantos medicamentos, he bajado de peso, he encontrado amigos y muchas disciplinas que puedo hacer. ¡El ejercicio me fortalece tanto!”, agregó López Vértiz, quien lleva una playera amarilla con el letrero ‘corredor ciego’ para ser visible y considerada por aquellos que también entrenan y sí pueden usar su vista.

Hace más de 35 años que Martha lidia con artritis reumatoide. Al detectar esta enfermedad crónico degenerativa recibió un tratamiento que debilitó su vista hasta que la perdió por completo.

“Fue algo paulatino…y digo: no fue por mi causa y nadie somos ajenos a que nos suceda. Perder la vista fue muy complicado porque en tu vida normal lo tienes todo y de pronto todo se va: trabajo, amigos, dinero”, compartió Martha con la voz entrecortada ante la impotencia de saber cómo todo lo que un día tuvo esfurmó. “Pero no me quedé a esperar nada. Quería seguir creciendo a pesar de todo. Entré a la Escuela Nacional para Ciegos, me rehabilité, conocí a muchas personas, vi que no era la única y estudié tres años, ahora soy Técnico en Masoterapia”, explicó la maratonista queda va por su segundo camino académico pues estudia en la Universidad Nacional Autónoma de México la carrera en Trabajo Social.

“No solamente quiero crecer en lo deportivo, también en lo educativo. He tomado muchos cursos de todo relacionado a la discapacidad no solo lo visual sino en todas las condiciones y sé que puedo aportar a empatizar y mejorar la calidad de vida de quienes tienen discapacidad. Curiosamente estudiar una carrera es algo que no había podido lograr antes y hoy lo hago con esta condición y a esta edad”, comparte orgullosa y sonriente la maratonista, que hizo de una dura pérdida su mayor motivo para reinventar su vida y hacer hoy más de lo que hacía 14 años atrás.


“A veces te sientes culpable de adquirir tu condición, pero me di cuenta que no es así. Espero que las personas puedan ser más sensibles con la comunidad porque no tenemos la vida comprada, cualquiera en cualquier momento puede llegar a la discapacidad y si alguien llega, hay que aprender a vivir y a superar; aprender que con lo que tenemos podemos hacer lo que deseamos”

Martha López
Maratonista ciega

Aprender a correr sin ver fue un reto que rompió las barreras de todos sus límites. “Al principio tenía temor y decía: «¿cómo voy a correr si caminar en la calle me cuesta mucho?» Empecé caminando con miedo, pero aquí Halcones me ha dado mucha seguridad y fortaleza, ya he hecho carreras desde cinco kilómetros hasta maratón, he encontrado amigos, oportunidades de todo lo que puedo hacer y darme cuenta que no debo ponerme límites de ningún tipo: ni condición de discapacidad, ni edad, ni género, lo que sea que yo quiera ¡lo puedo hacer!”, agregó.

Pero el camino ha sido más complejo que dominar sus propios temores. Martha ha superado además la pesadumbre de los prejuicios. 

“En mi casa hay ese tabú. Mi madre dice ‘¿pero por qué te vas a salir? ¿por qué te arriesgas?’ Pero es que no puedo encerrarme sin hacer nada. Hay mucho que deseo hacer: ya anduve en bici por 14 días desde Baja California a Baja California Sur; hace dos años anduve en motocicleta un mes por 19 estados de la República, ya hice un duatlón y me preparo para un triatlón. De niña no tuve una bicicleta propia, pero ahora quiero comprarme una bici tándem y en especial quiero demostrarle a mi familia que lo puedo hacer, ¿me voy a caer? si, tal vez ¿me voy a levantar? Seguro que me voy a levantar. No pasa nada”, agregó la aventurera que tocará el asfalto neoyorquino el 7 de noviembre próximo, en busca de conquistar sus calles con su esfuerzo y abrir las puertas de la confianza para quienes llegan a la discapacidad y creen que lo han perdido todo.

“Sueño con llegar a la meta. Pisar Nueva York es algo maravilloso, pero cruzar una meta con tanta gente, con el equipo que llevo, con el acompañamiento que tengo: mis guías, mis amigos que está al pendiente, llegar a la meta va a ser un sueño logrado. Solamente faltan un poco de recursos y un poco de entrenamiento pero lo demás está puesto para seguir yendo pa’ delante”, garantizó sonriente la mensajera de una esperanza ilimitada y retos inagotables.


Halcones del Asfalto

Martha entrena con el Club de Corredores Halcones, que vincula a personas con discapacidad visual (desde debilidad hasta ceguera total) con voluntarios que desean apoyarles en construir metas sobre el asfalto: desde tener la confianza de caminar 500 metros sin un bastón, hasta competir en eventos de 42 kilómetros.

“Uno de los principales valores que tenemos es el de al confianza, que se va construyendo con entrenamientos, asistencia, interacción.Una persona con discapacidad visual va a confiar en ti desde para caminar un kilómetro sin usar su bastón, hasta para correr durante 42 kilómetros, te conviertes en sus ojos y tienes que trabajar en construir confianza y este vínculo es muy poderoso”, explicó Teresita Robledo, coordinadora de Halcones México, que hoy, además de apoyar a atletas con discapacidades visuales, también recibe a personas con otras condiciones discapacitantes.

“En el camino fuimos aprendiendo que cuando eres guía entiendas que la discapacidad no define a una persona, pero sí tenemos que saber cómo podemos mejorar para ayudar al corredor a que en verdad de su máximo”, agregó.

El equipo se reune los sábados a las 7:00am en el Altar a la Patria del Bosque de Chapultepec para hacer entrenamientos conjuntos y allí mismo capacitan a los voluntarios que desean incorporarse como guías.

“Hay que asumir un compromiso tanto para ir a entrenar, como apoyar a un atleta con una meta en específico por ejemplo: correr medio maratón, un maratón, disminuir tiempos en 5k… en el equipo siempre decimos que todas las metas son importantes así sea que hoy empiezas a caminar un poco más, hasta correr un maratón en busca de ganar tu categoría”.

Con seis años en el equipo, Edgar Elenes Inchaurregui es el guía más experimentado. “En un principio fue curiosidad conocer y entender qué implicaba ser guía. Llegué con la idea de darles tiempo y esfuerzo pero me di cuenta de que yo recibía mucho más al aprender de su actitud ante la vida y su resiliencia. Me han enseñado a ser una persona más paciente, a entender un poco más las necesidades de los demás y tener un poco de más de conciencia sobre las diferencias y necesidades de las personas”, agregó el voluntario.

“La puerta está abierta. No es necesario tener experiencia como corredor, solo un poco de tiempo, voluntad y deseo de ayudar. Si estan interesados: vengan, conozcan al equipo que tiene a corredores entusiastas y a un grupo de guías que tratamos de ayudarles. Yo espero que la salud me acompañe por muchos años y poder hacer esta actividad el resto de mi vida”

Edgar Elenes Inchaurregui
Corredor guía
Mujer y Deporte, REPORTAJES

Ella Bucio: La doble de acción que es Campeona Mundial


Cierra los ojos, se concentra, inhala profundo y al despegar los párpados corre a máxima velocidad para saltar de una techumbre, hacer un giro y caer en el siguiente edificio. ¡Lo logra! Le aplauden y cortan la toma. Así pasó Ella Bucio los últimos cinco años de su vida: como doble de acción, hasta que decidió hacer una pausa laboral de tres meses para cultivar un sueño: dedicar cada hora de cada día a hacer parkour hasta que logró convertirse en la mejor del mundo.

A sus 25 años, Ella ahorró lo de un lustro de trabajo como stuntman, un oficio de riesgo que implica representar a un personaje ficticio en escenas de acción, para dedicarse enteramente a sí misma, a escribir con esfuerzo, disciplina y valor el guión de su propia historia a practicar cada día, mejorar cada elemento y costear sus primeras competencias internacionales.

Mientras trabajaba, pasé meses sin poder entrenar parkour, por lo que mi progreso en esos cinco años fue lento y frustrante. Yo sabía que un día podía ser la mejor, pero no tenía tiempo para entrenar lo suficiente

Ella Bucio. Campeona Mundial de Parkour Freestyle.

En 2022 salió a representar a México por vez primera: fue a las Copas del Mundo de Montpelliere, Francia y de Sofía, Bulgaria, con el corazón adolorido al ver el gran talento mexicano que no sale del país a causa de los pocos apoyos para brillar en otras tierras.

“En todo este proceso, el coraje ha sido mi principal motor, mientras lloraba camino al aeropuerto, me dije: “voy a ganar esta mie*””, aseguró antes de tomar el vuelo por la conquista de Europa.

Se lo dijo y se lo cumplió. Ella ganó oro en la modalidad de freestyle en Francia (con 21.500 puntos) y oro en Bulgaria (también con 21.500). A pesar de nunca antes haber entrado al circuito, hoy es además la líder del ranking mundial de la temporada, además en la prueba de velocidad se ubica en cuarta posición en la lista del orbe de esta campaña.

Pero el preludio en su historia de éxito comenzó muchos años atrás, cuando la gimnasia artística y ella se fundieron en horas y horas de continua práctica.

“Toda la vida hice deporte, incluyendo muchos años de gimnasia. Después conocí a algunos chicos que practicaban parkour y me dijeron que podría ser buena en este deporte. Como doble de acción entre más cosas sepas hacer, tienes mejor condición y tienes más habilidades, por eso acepté…luego me di cuenta que la gimnasia era algo más estructurado: vas y practicas elementos que muchos otros ya han hecho antes, pero el parkour siempre está retándote a crear tus propios elementos”, analizó Bucio.

Con esa perspectiva, sus ahorros, la experiencia de escuchar dos veces el Himno Nacional y su creatividad en competencia, Ella llegó a Tokio, Japón, a la primera edición del Campeonato Mundial de Parkour, donde comenzó en las clasificatorias con 26.000 unidades (13.000 en ejecución y 13.000 en dificultad). En la final, Ella fue la única representante de América y en ella añadió .500 a cada criterio, para totalizar 27.000 puntos, a 2.000 de la japonesa Hanaho Yamamoto (25.000) y 2.5 de la checa Adela Merkova (24.500) que se quedaron plata y bronce de forma respectiva.

“Tengo muchos sentimientos por ahora. ¡Las otras chicas son tan buenas! Para mi es difícil sentirme tan competitiva como ellas, porque todas son tan talentosas. Todas merecen ser reconocidas”, comentó la capitalina de 25 años de edad, quien consumó el sueño de lograr la primera conquista en el mundo del Parkur, un deporte que busca debutar en Juegos Olímpicos pero no lo hará en Paris 2024, pese a que fue justo en Francia donde nació esta exigente disciplina que combina los ejercicios de la gimnasia artística, con los retos que implican los implementos que se encuentren en la calle.


Con la ciencia del peligro

Ella tiene una gran pasión por el deporte y la ciencia y por ello, en el costado derecho de su torso lleva un tatuaje que así lo indica.

“Me hice un tatuaje de la molécula de la adrenalina porque en mi vida he tenido siempre dos pasiones: una que es el deporte, por el asunto de la adrenalina que me encanta, y otra es la ciencia que siempre me ha gustado muchísimo. Si no me hubiera dedicado al deporte, probablemente ahorita estaría trabajando en un laboratorio”.

Historias aleatorias, Mujer y Deporte

VOLUNTAD

Tenía la boca abierta, grande, muy grande. Me dolía una muelita y Nayeli estaba por inyectarme anestesia mientras platicaba conmigo. Si algo me encanta de los odontólogos es que platican con los pacientes, a sabiendas de que no podremos entablar propiamente una conversación, pero igual se involucran con nuestra historia y nos comparten la suya y a veces hasta el capítulo de alguien más, de alguien que crea caminos asombrosos.

“Deberías de entrevistar a mi amiga, ella va a ir a Juegos Olímpicos, me dijo Nayeli, amiga de una de mis mejores amigas: Laura. Le pregunté su nombre y me apenó confesarle que no la conocía (cosa rara porque, al seguir el ciclo olímpico desde Juegos Centrocaribeños uno conoce a todos los atletas y especialistas que acuden a Olímpicos). “Ah, es que ella no es deportista, ella es odontóloga también y va a ir como voluntaria”, me dijo.

¿Voluntaria, eh? Yo nunca había entrevistado a los voluntarios olímpicos y conocer la historia de alguno me pareció interesante.

Nayeli llegó a mi vida de forma incidental a introducirme con alguien que nunca imaginé cómo influiría en mí. Me dio el número de su amiga: Erika Grifaldo. Le llamé y acordamos entrevistarla en su consultorio para hacer un reportaje que saldría en TvAzteca.

Fue una tarde de la primavera de 2016. Erika estaba un poco nerviosa, así que empezamos con grabar algunos aspectos de ella “en acción” y después la entrevisté. Además de dentista, era corredora, hablaba un fluido portugués y con lo capacitada que estaba, la imaginé trabajando en la Policlínica de la Villa Olímpica (que opera 24 horas desde días antes y días después de la realización de los Juegos) quizás auxiliando a Simone Biles, Michael Phelps o Usain Bolt, en alguna dificultad dental.

Para su aventura a Río 2016 me contó que hubo un largo y detallado proceso de selección: aplicar para ser candidato, explicar sus aptitudes, garantizar que podría pagar su viaje y su hospedaje. Todo lo pudo ella, todo con el deseo de vivir esa experiencia de ayudar en medio de la atmósfera olímpica.

Pero no era la primera vez que dedicaba su tiempo a asistir a alguien más. En ocasiones, Erika se ha ido a las zonas serranas de Oaxaca para brindar servicios dentales a los niños que difícilmente tendrían acceso a ellos. La voluntad es una virtud innata en ella, radiante por sobre lo que algunos podrían considerar adversidades como: ser mamá adolescente y en medio del proceso estudiar una carrera tan compleja como la medicina, con subespecialidades como la anestesiología, la cirugía o traumatología, porque así de detallada es la odontología.

Publicamos la entrevista y desde entonces mis emociones olímpicas encontraron un nuevo y cautivante carril por dónde contar historias: la vida de una voluntaria.

Érika llegó a la ciudad carioca y casi a diario descubría algo nuevo: el Cristo Redentor, las banquetas de mosaico que trazan un oleaje en blanco y negro en Copa Cabana o el delicioso paõ de queijo, un bocadito terso muy común en Brasil; pero contrario a las expectativas que teníamos, el Comité Organizador mandó a Erika lejísimos de las playas, hasta Deodoro, para atender a los atletas del pentatlón moderno. Estábamos muy decepcionadas. Ella, con tantos recursos para ayudar de formas tan especiales, estaría haciendo labores más simples de las que imaginábamos; pero quizás esa fue la primera lección para ambas: la voluntad también implica la humildad de saber que, por pequeña o simple que parezca tu ayuda, mereces entregarte en excelencia, hacerlo bien porque tu apoyo es tan valioso e importante como tú mismo sepas apreciar el servicio que desinteresadamente ofreces a los demás.

La verdad Erika no le entendía muy bien al pentatlón moderno…o más bien nada, pero le puso su mejor rostro a la situación. Sonreía, apoyaba y, quizás sin conocer el deporte, empezó a entender a los deportistas, sus complejidades, sus necesidades y sus alegrías. Después de muchos días de ver caballos, espadas, googles, pistolas y spikes, empezó a comprenderlo todo y cuando así fue, en el último día de pruebas, la vida le concedió un momento inédito: ver al primer mexicano en la historia olímpica ganar una medalla en este deporte: Ismael Hernández, con el bronce.

Al ser una sede tan lejana, ni el público mexicano ni la prensa nacional estuvieron allí en ese momento; fue un logro nunca antes visto que pocos presenciaron, sufrieron, lloraron y celebraron en persona, entre ellos, Erika. Se puso feliz hasta tener la piel erizada y, muy a pesar de la distancia, me contagió su alegría.

Desde entonces, nunca perdimos contacto, primero porque se volvió mi odontóloga y luego porque no dejaba de hacer algo sorprendente. Al año siguiente, estábamos a las 5:30am sobre el camellón de Av. Aztecas para verla entrenar rumbo al MaratónCDMX 2017 y publicar un reportaje. Si algo le cuesta a Erika es entrenar de madrugada pero creó un motivo para hacer que valiera la pena salir en la penumbra a trazar esfuerzos en sus piernas: se dispuso a ‘vender’ sus 42 kilometros del maratón capitalino y recaudar fondos para una cirugía ocular que necesitaba una conocida; como ella sola no podría generar todo el recurso, se sumó Héctor Mendoza y los Happy Face Runners que delinearon toda una estrategia integral de ayuda con la que lograron la meta con creces.

Luego Erika volvió al voluntariado deportivo: en el Campeonato Mundial de Paranatación CDMX 2017, donde pasó algo muy triste: alguien robó los pines que con tanto esmero intercambió con voluntarios de todo el mundo, desde Río 2016; a pesar de ello, su espíritu solidario no se detuvo y apoyó en el evento con lo mejor de sí misma.

Después de hacer maratones, la montaña la llamó. Allá arriba comenzó los retos de correr en competencias de más de 50 kilómetros y hubo eventos que incluso ganó.

Pero después, Erika comenzó a sorprenderme de nueva cuenta con otra perspectiva de la voluntad, no solo para concederla a los demás, también para reforzarla hacia uno mismo. Ella, que en un punto de su vida padeció obesidad, que conquistó rutas maratónicas y después bosques y amaneceres, se decidió a construir la versión más fuerte y más difícil de su cuerpo al convertirse en fisicocultrista; algo mucho más profundo que levantar pesas todo el día, algo en nada relacionado con el uso de sustancias prohibidas (un prejuicio común para quienes desconocen este deporte), pero totalmente compatible con una disciplina que puede retarte hasta las lágrimas y tocar los límites de tu carácter hasta la desesperación, hasta exprimir tu voluntad al punto de desear el abandono.

Eso y más superó mi voluntaria favorita. No ganó el concurso de fisicoculturismo, pero no era un evento contra las demás, todo fue para sí misma: fue por conceder lo mejor de su ser aún en sus momentos más oscuros y descubrir que podría lograrlo fue la mejor medalla, un podio de ella que reluce en enseñanza para muchos que tenemos la suerte de seguir su historia.

Contrario a como era hace muchos años, ahora disfruto muchísimo ir a mi citas odontológicas, no solo porque Érika cuida mi sonrisa, muy en especial, porque la provoca.

Mujer y Deporte, Relatos 'off the record'

Luz olímpica

Si no existiera la noche, no descubriríamos el potente destello de las estrellas. Así es la adversidad, que en sus fases más oscuras nos ayuda a encontrar la luz. En una de esas etapas, yo diría que encontré mi ‘Luz Olímpica’.

En noviembre de 2018, Luz Mercedes Acosta recibió la medalla olímpica que por derecho le correspondía desde los Juegos Olímpicos de Londres 2012. Aunque no subió al podio en la sede británica, el Comité Olímpico Internacional anunció años después que tras descubrir los dopajes de: la kazaja Maiya Meneza (oro), la rusa Svetlana Tsarukaeva (plata) y la turca Simsek Sibel (4ª), la mexicana Luz Mercedes era la verdadera ganadora del bronce

Justo en esos Olímpicos ella hizo por mi algo que merecía una medalla de diamantes y como no puedo entregársela, lo mejor que puedo hacer es compartir esta historia…

Estaba en Londres 2012, mis primeros Juegos que fueron un tanto ‘X-tream’: tenía más de dos meses sin recibir pago, no tenía dinero, y al llegar a Inglaterra no tenía donde vivir… pero, el 23 de julio, en mi primer día de trabajo, fui al ExCeL Complex y encontré en entrenamiento a Joselino Montes y Luz Mercedes Acosta, los dos, de levantamiento de pesas.

Mientras practicaban, pensé en lo que pasaron para clasificar a los Juegos: Lino era el primer hombre mexicano, en 28 años, que competiría en unos Olímpicos y Luz Mercedes ¡uff! Yo no conocí antes de ella a nadie que peleara su plaza olímpica hasta las últimas instancias administrativas, institucionales y hasta jurídicas, sólo ella. La Federación Mexicana de Levantamiento de Pesas no quería llevarla, pero de acuerdo a sus propios criterios de selección –escritos meses antes de los Juegos – a ella le correspondía la plaza. Luz Mercedes no desistió hasta vivir sus segundos Olímpicos (fue 8ª en Beijing 2008) y allí estaba, en sus últimas practicas en Inglaterra.

Terminaron de entrenar. Se acercaron para que los entrevistáramos y al final, Luz Mercedes me saludó contenta, yo también lo estaba…no sé, ahora creo que ella notó algo en mí. Me preguntó qué pasaba y brevemente le conté mi austera y enredada historia. Se afligió pero -como buena sonorense- no tardó en sonreírle a mi desgracia, que vi en su rostro como si fuera suya.

Más en invitación que en los formalismos del trabajo me dijo: “¿¡vas a venir a mi competencia!?”. (Aquí quiero hacer un paréntesis: cuando un atleta te hace esa pregunta, es una distinción muy especial, quiere decir que quiere compartir contigo esa experiencia, quiere que, al final del momento para el que se preparó por años -o quizá toda su vida-, puedas estar a su lado).

A eso había ido yo a Londres: a ver a los atletas de México competir. Así que, sin titubeos, respondí: «¡Claro que sí Luz!”. Así quedamos.

Seguí mis días de cobertura y como fui invitada, a las 10:00 am del 31 de julio de 2012, estaba en el ExCel Complex de nuevo, para ver la competencia femenil del Grupo A en -63kg. de halterofilia; es decir, a Luz Mercedes, que hizo 99 kilos de arranque, 125 de envión, para un total de 224kg: sexto sitio para la mexicana.

Fui a la zona mixta para entrevistarla. Terminó el protocolo laboral y Luz Mercedes me dijo: “¡Espérame aquí! ¡No te me vayas!” Y así hice. Pasaron menos de 10 minutos y Luz no regresaba, pero entonces llegó la Doctora Mónica, quien formó parte del equipo multidisciplinario de Luz Mercedes; la Doctora me dijo: «Luz ya no pudo venir contigo porque le pidieron hacer prueba anti dopaje, pero vengo de su parte. Abre tu mochila» y sacó una bolsa llena de alimentos: cereales, frutos secos, jugos, sándwiches, panqués, barras energéticas, agua… Era demasiado y yo, bueno, casi lloraba. “¡Doctora, por favor dígale que muchas gracias!”, dije y la abracé muy fuerte. Después le escribí a Luz Mercedes y ella contestó: “No me digas nada, no puedo hacer tanto como quisiera, pero si en esto puedo ayudarte…además tú harías lo mismo”, me dijo. No había duda de que sí.

Toda esa semana pensé: ¿Cómo podía ella pensar en mí, teniendo encima la presión administrativa por su participación en Londres 2012? En el evento para el que se preparó por cuatro años, Luz se acordó de mí y pensó en cómo aminorar mis dificultades.

Además, los pesistas no pueden comer casi nada el día de su competencia, pues en ocasiones el peso corporal puede ser el criterio de desempate.

Con todo y eso, con todo y tener que cargar kilos de comida en pleno ayuno, antes de salir de la Villa Olímpica, Luz sacó del comedor tantos alimentos como pudo para entregármelos y ¿qué hice yo? Bueno claro que le agradecí y consumí parte de esa bendición, pero si algo aprendí de mi jefe y editor en Récord, Gustavo Borges, fue que la mejor forma de agradecer las bendiciones no era regresarlas a quien las entrega, sino compartirlas con quienes las necesitan.

Así hice con lo que Luz me entregó. Le invité a compañeros que tal vez no estaban en una situación como la mía -por que la verdad: no cualquiera es un homeless en el Reino Unido-, pero que por los andares olímpicos no tenían tiempo de salir a comer. Disfruté ver como la ayuda de Luz Mercedes se multiplicó para muchos más.

Yo no sé qué le habrá demostrado al público, los jueces y sus rivales en el escenario de competencia, pero para mí, Luz se llevó una medalla de diamantes azules, en humanidad y empatía.

Siempre le agradeceré mucho a Luz su solidaridad, su atención y el brillo de su nombre en su actitud.

Prácticamente al 6º aniversario de esta historia, en noviembre de 2018, la vida le permitió cosechar algunas de las hermosas bendiciones que han florecido tras la siembra de su bondad y escribió su nombre en el muro de los medallistas olímpicos de México.